TOKIO (DPA).— Los niveles de agua radiactiva en los reactores de la dañada planta atómica japonesa de Fukushima aumentaron y las cantidades de cesio y yodo radiactivo se multiplicaron a lo largo del mes pasado, mientras podría haber una fuga de ese líquido en el reactor 1 de la planta, informaron ayer medios locales.

Los niveles de cesio 134 y 137 se incrementaron 250 veces, mientras que el yodo radiactivo aumentó unas 12 veces en comparación con los datos de hace un mes, indicó la emisora pública NHK, citando fuentes de la empresa operadora de la central nuclear Tepco.

Estos valores de contaminación obligan a Tepco a priorizar la transferencia o eliminación del agua contaminada, cuyo nivel aumenta rápidamente, indicó.

En el reactor 1 podría haber una fuga de agua, informó la agencia de noticias Kyodo citando a la autoridad de vigilancia nuclear del país. Ello podría impedir el bombeo de agua para enfriar las barras de combustible del núcleo y evitar su fusión. Se están empleando robots para solucionar el problema, sin que se conozcan aún los resultados. Tepco anunció que ha aumentado el nivel del agua contaminada, que subió unos centímetros en los reactores 3 y 4.

Además, la radiactividad en el suelo ha provocado problemas en algunas escuelas. En el noreste del país, las autoridades planean limpiar la tierra contaminada del terreno escolar.

También algunos campos de arroz inundados por el tsunami con agua marina deberán limpiarse de sal.

En tanto, un grupo de agricultores se manifestó ayer en Tokio ante la sede Tepco, demandando a la empresa que suma el control de las filtraciones y que los compense lo antes posible.

Inspeccionan Onagawa

Mientras, el gobierno de la prefectura de Miyagi inspeccionó ayer por primera vez desde el terremoto del 11 de marzo la dañada central nuclear de Onagawa, informan los medios. El gobernador Yoshihiro Murai y un grupo de alcaldes pidieron a Tepco que mantenga las medidas de seguridad en la central, que se considera en una situación estable.

Los tres reactores de la central fueron apagados automáticamente después del terremoto y el tsunami del 11 de marzo. Del reactor 1 salió humo y el agua de mar llegó hasta la base, lo que desató los temores. Cuando otro sismo de 7.1 sacudió la zona a principios de abril, la planta perdió tres de sus cuatro conexiones eléctricas.