La crisis económica y los recortes en los presupuestos públicos han llegado también a las depuradoras de la Comunitat Valenciana. Según ha podido saber Levante-EMV, el tratamiento terciario, una depuración de aguas especial para poder verter en zonas especialmente sensibles, se ha limitado hasta casi paralizarlo en la mayoría de plantas que disponen de él. Las mismas fuentes aseguran que la intención es reducir los costes en energía y adquisición de productos químicos necesarios para este proceso que se ha utilizado en casos como la regeneración de l´Albufera de Valencia, en este caso con una gran financiación europea todavía no amortizada.
La intención de reducir costes ya fue argumentada por la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) hace un mes cuando se paralizó el terciario de la depuradora de Pinedo aunque fue reactivado un día después tras la denuncia de Levante-EMV por el peligro de que agua con exceso de fósforo llegara a l´Albufera. Desde la institución dependiente de la Conselleria de Agricultura explicaron que estaban estudiando caso por caso «para reducir costes sin que haya una merma en la calidad el servicio». De hecho, desde la Conselleria se deberá aplicar la tijera puesto que el presupuesto de la Epsar se ha reducido para 2012 en un 53 %.
Ahora, según fuentes relacionadas con el tratamiento de la calidad del agua, este recorte en el terciario se estaría aplicando en otras plantas de la Comunitat Valenciana, además de la de Pinedo. El procedimiento terciario se aplica en las depuradoras más grandes de la autonomía como Castelló de la Plana, Quart-Benàger, Alicante-Rincón de León, las tres de Elx o Dénia. Estas instalaciones dan servicio a casi tres millones de valencianos.
El tratamiento terciario consiste en un proceso químico en el que se decanta el agua con sal de aluminio. Posteriormente se filtra y pasa por unas balsas donde se le aplican rayos ultravioleta para realizarle una desinfección. Los niveles de fósforo pasan de 1,5 miligramos por litro de agua a tan solo 0,1, lo que convierte esta agua en apta para regenerar humedales, como es el caso de l´Albufera, o le aporta una calidad óptima para el riego, aunque en este caso sería suficiente con un tratamiento secundario.
En el caso de la depuradora de Pinedo, el agua que no se trata con el procedimiento terciario se está enviando al mar por el emisario submarino. De hecho, varias fuentes confirman que estuvo unos días sin verter agua por la Séquia de l´Or, la que desemboca en l´Albufera.
Esta planta, que da servicio a 1,4 millones de habitantes, tendría tres o cuatro días paralizado el procedimiento terciario y lo limitaría a lo mínimo, un 10 % de su capacidad, según fuentes conocedoras del caso. Aunque se consiga un ahorro de costes también es cierto que el principal flujo de agua que vierte a l´Albufera estará funcionando al mínimo rendimiento con lo que será difícil conseguir la ansiada regeneración. Cabe recordar que en 2006 se realizó una inversión de 39,8 millones para instalar este procedimiento, el 80 % de los cuales fueron sufragados por la Unión Europea.
Los contratistas temen recortes
Los contratistas de algunas de las depuradoras de la Comunitat Valenciana temen que la reducción del presupuesto de la Epsar afecte a las inversiones previstas en nuevas plantas y ampliaciones y mejoras de las ya existentes como ya ha pasado en Cataluña. La anterior Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda tenía ya pactado con contratistas y bancos un plan concesional para construir 17 nuevas depuradoras y mejorar otras 20, con un presupuesto que ascendía a 500 millones de euros pero que no computaba como deuda porque se iba realizar por concesión (las empresas adelantaban el coste de las obras y después lo recuperaban a través del canon de saneamiento). La iniciativa se malogró en diciembre de 2010 por un problema que el entonces conseller Juan Cotino no supo resolver. Tras las elecciones, las competencias de Agua han pasado a la Conselleria de Agricultura que dirige Maritina Hernández. Al recibir el asunto de las depuradoras, la consellera y su equipo decidieron revisar a la baja la previsión de nuevas depuradoras al disminuir también la expectativa de crecimiento demográfico (hasta 2020) y tener que adaptarse a los recortes presupuestarios, pero aún no han presentado la nueva propuesta.
