Las lagunas de Medina del Campo (Valladolid), en la denominada Dehesa de Abajo, era una zona rica en agua, con pozos artesanos donde emanaba el agua de una calidad extraordinaria y se embalsaba durante los largos inviernos en las orillas del río Zapardiel, permitiendo el desarrollo de una gran cantidad de flora y fauna. Paulatinamente la sobreexplotación de los acuíferos secó estos pozos artesanos e incluso el río Zapardiel, que desaparece a su paso por la localidad. El sistema de lagunaje como medio de depuración se quedó obsoleto con el desarrollo industrial de la Villa, llegando agua con niveles altos de contaminación al río.
Con la entrada en funcionamiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), gestionada por Aqualia, empresa gestora de Agua de FCC, y su compromiso en la integración voluntaria de objetivos medioambientales, en todos aquellos municipios en los que presta servicio, nace la idea de recuperar el ecosistema de las lagunas usando el medio ya creado y en aquel momento en desuso, como son las tres antiguas lagunas, a las cuales se les proporciona agua apta para la vida procedente del efluente de salida de la EDAR, que tiene mayor calidad de la que antiguamente llegaba a las lagunas.
En 2008, Aqualia puso en marcha, como parte de los objetivos medioambientales de la empresa, el proyecto de «Mejora del hábitat de las lagunas de Medina del Campo», con el fin de fijar mayor cantidad de especies y mayor población. La actuación se centró en dos frentes principales. El primero consistió en la mejora del hábitat y del ecosistema de las lagunas de Medina del Campo con el fin de fijar mayor cantidad de especies y mayor población de individuos de cada especie.
Eliminación de aceites por el alcantarillado
Un segundo objetivo era la sensibilización ambiental, para dar a conocer la instalación de la estación depuradora de aguas residuales a los ciudadanos medinenses, al tiempo que se trataban de corregir los malos hábitos de eliminación de aceites, grasas y sólidos por la red de alcantarillado, un problema importante que afectaba a las lagunas.
Además de la propia recuperación de las lagunas, la mejora de la calidad de las aguas depuradas, al ser el único aporte al río, ha traído como consecuencia la recuperación de todo el valle del río Zapardiel hasta su desembocadura en el río Duero, en el municipio de Tordesillas.
Otra meta cumplida fue la repoblación de peces procedentes de la demarcación hidrográfica del Duero. Gracias a los carpines dorados introducidos se añade otro alimento que ayuda a atraer depredadores como garzas, somormujos o cormoranes, lo que mejora la biodiversidad del nuevo ecosistema, que no se desequilibra ya que los carpines suelen alimentarse de algas y fangos al igual que otras aves buceadoras, como se comprueba en la aparición en los censos mensuales de especies como Garcetas, Garcillas Bueyeras, Garza real, Somormujo Lavanco, Cormorán.
Las acciones llevadas a cabo han permitido la restauración y mejora del entorno natural, su biodiversidad y conservación de los ecosistemas, mediante la recuperación del potencial ecológico de la laguna y las especies animales y vegetales.
