Beijing, 29 ene (PL) China mira hoy a Australia y Brasil con el lamento de saber que mientras en regiones de esos países las recientes lluvias abundaron en extremo, varias de éste sufren una sequía histórica.
Una de ellas es la noroccidental provincia de Shandong, donde la referida adversidad climática clasifica como la peor en seis décadas.
Desde el pasado 23 de septiembre cayeron 12 milímetros de precipitaciones, cerca del 15 por ciento de lo que se considera el nivel normal.
Funcionarios locales citados por medios de prensa indicaron que tres millones 200 mil personas de ese territorio enfrentan escasez de agua.
De prolongarse esta situación hasta finales de marzo próximo, el preciado líquido se dejará de suministrar a casi un millón de pobladores.
Ilustrativa de la realidad asociada a este fenómeno es la decisión de elevar al máximo el nivel de alerta, efectiva desde el pasado jueves.
En la agricultura, los daños pueden verse en los campos de trigo. Se calcula que cerca de dos millones de hectáreas, poco más de la mitad de las tierras destinadas a ese cultivo, están afectadas por la sequía.
Desde octubre pasado las provincias de Jiangsu, Anhui, Henan y Hebei, vecinas a Shandong, y la de Shanxi, todas productoras del cereal, viven una situación similar.
Según estadísticas oficiales, más de cuatro millones de hectáreas de cultivos en todo el país sufren las consecuencias de esta adversidad, que el año pasado golpeó con fuerza a regiones del sur.
Beijing no escapa a este fenómeno y acumula más de tres meses sin lluvia efectiva, el período más extenso en 30 años. Los pronósticos adelantan la posibilidad de que la ausencia de precipitaciones continúe.
El gobierno central prometió reforzar las acciones contra esta prolongada sequía, y con ese fin anunció la entrega de 330 millones de dólares para adquirir equipos y suministros.