San Sebastián de La Gomera, 19 feb (EFE).- "No tengo otra posibilidad sino la de regar con agua contaminada", aseguró hoy Andy Stieber, agricultor extranjero que vive en La Gomera desde hace más de 20 años.
Andy Stieber tiene una finca en el barranco de Los Ancones, situada a unos tres kilómetros del caserío de Arure, cerca del lugar conocido como Santa Azucena, y practica la agricultura ecológica.
El agricultor denuncia en declaraciones a Efe los vertidos de aguas fecales que se producen desde hace años en espacios protegidos del parque rural de Valle Gran Rey y advierte del peligro "inminente y real" para la salud de las personas.
Afirma que las aguas negras procedentes de Arure se vierten, a través de una tubería que se rompió hace dos años, directamente a la tierra en Santa Azucena y contaminan los acuíferos del barranco de Las Verduras y el agua de la cascada de Los Ancones.
"Trabajo en mi finca, planto la tierra y riego con esa agua pues no tengo otra posibilidad, igual que lo hacen muchos otros agricultores del lugar", insiste.
En Santa Azucena existen cuevas aborígenes, hay un sendero y es un sitio muy visitado por los turistas, que incluso se duchan con el agua de la cascada de Los Ancones.
Arure nunca ha tenido depuradora, pero antes las aguas sucias se filtraban por las piedras de las cuevas, mientras que ahora se vierten directamente en la tierra.
Además, dice, el agua contaminada se filtra en los pozos de agua potable de más de 150 metros de profundidad situados a la entrada del municipio.
"La gente bebe y cocina con esa agua que cuando hierve cambia los nitratos a nitritos", señala el agricultor, para quien Valle Gran Rey registra el índice de casos de cáncer más alto de España y hay personas que mueren a los 40 años, mientras antes la edad media de fallecimientos era de 80.
Andy Stieber ha trasmitido varias veces su preocupación por estos hechos a representantes de las administraciones locales e insulares, sin que hasta el momento hayan hecho nada al respecto.
Así mismo, se han recogido más de 500 firmas de vecinos que, entre otras cosas, solicitan la no contaminación de los acuíferos, del agua de la cascada de Los Ancones y demás zonas afectadas.
"Vivimos del turismo y ensuciamos la tierra, tenemos un paraíso maravilloso que no cuidamos", se lamenta y se pregunta qué puede pasar en el futuro, pues "la contaminación está en la tierra y tardará muchos años en quitarse".