Las inversiones en agua y saneamiento siguen sin ser una prioridad para una parte importante de los países en vías de desarrollo. A nivel internacional, los esfuerzos continúan siendo insuficientes, como mucho van a servir para atraer o facilitar las inversiones de otros agentes, apuntan desde la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS).
En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que el acceso al agua potable y al saneamiento era un derecho humano. Dicha resolución ya ha tenido efectos en algunos países, que han cambiado su marco normativo. Pero desde AEAS se preguntan si será suficiente: se necesita una inyección mínima de 6.700 millones de dólares al año (y un máximo de 75.000 millones al año si se consideran todas las infraestructuras y su mantenimiento) para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio. España destina entre 6.500 y 8.500 millones de euros anuales, por ejemplo.
Zaragoza, una ventana de agua al mundo
Roque Gistau, presidente de AEAS, propone crear un fondo mundial del agua en el que puedan participar diferentes agentes –y no solo los Estados miembro- que sirva para canalizar las ayudas económicas efectuadas (y siempre de acuerdo con unas prioridades claras de gasto).
En la actualidad, apunta Josefina Maestu, coordinadora del Programa de ONU-Agua, existe una estructura que aúna a los responsables de los programas de agua de 27 agencias de Naciones Unidas. Gistau, quiere ir más allá; sugiere a la agencia que se encargarse de gestionar dicho fondo. Para que la proposición se hiciera realidad, «tendría que existir un mandato de la Asamblea General, así como una diplomacia internacional dispuesta», señala Gistau.
España creó en el año 2007 un fondo especializado en agua para Latinoamérica de 1.500 millones de euros. Otros países cuentan con presupuestos más importantes de cooperación en esta materia (es el caso de Alemania, Suecia, Holanda o Inglaterra).
La Oficina de Naciones Unidas de apoyo al Decenio Internacional para la Acción «El agua, fuente de vida» 2005-2015, como parte del legado de la EXPO, convierte a Zaragoza en una ventana al mundo de lo que significa contribuir al sistema de ONU-Agua.
