"Más del 75% del agua para riego y consumo mundial está bajo control privado”, afirmó el presidente de Bolivia, Evo Morales, que reveló el dato alarmante en reunión con productores agropecuarios de Tarija, el pasado día primero.
"El agua es un servicio, no puede ser mercantilizada”, destacó. Como ejemplo, Morales recordó la "Guerra del Agua” de Cochabamba, ocurrida el año 2000. El motivo fue el proyecto de privatización del agua por parte de la multinacional BECHTEL. Hubo muchas protestas y la población entró en conflicto con la Policía y el Ejército. Frente a la movilización popular, el contrato con la empresa Agua del Tunari (con un 27,5% de sus acciones bajo control de la BECHTEL), fue rescindido.
Morales también denunció la política de los países desarrollados, que, por medio de "pretextos como coadyuvar en la lucha contra el narcotráfico”, penetran en los países ‘en desarrollo’ para controlar los recursos hidrocarburos y el agua. Para el presidente, eso fue lo que pasó en Foz do Iguaçu, cuando los Estados Unidos denunciaron la presencia de grupos armados, "solamente para ejercer un control sobre el sistema acuífero”, expresó.
Preocupación ambiental
Atento al tema del medio ambiente, Morales afirmó que la producción de alimentos y otros bienes dependen del agua, siendo éste un motivo más para que este bien natural, esté al servicio de la población, y no de los intereses privados.
El presidente consideró los desastres naturales, el cambio climático y el calentamiento global, como productos de un sistema de producción irracional, llevado adelante por los países industrializados. Y, en consecuencia, propuso la necesidad de someter ese sistema, a un debate internacional.
El año pasado, la Organización de la Naciones Unidas (ONU) aprobó la inclusión del acceso al agua potable en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, propuesta por Bolivia y apoyada por otros 33 países.