Hace más de 15 años que la Diputación foral de Bizkaia comenzó a diseñar un plan para el tratamiento de residuos sólidos urbanos. En 2011, está a punto de culminar y gracias a la política ambiental de la Diputación, Bizkaia es hoy referente estatal e internacional

Bilbao. Su mesa está repleta de informes, estudios y libros relacionados con el medio ambiente y con la ecología. Para Iosu Madariaga, su cargo al frente del Departamento de Medio Ambiente es mucho más que un mero trabajo. Es una de sus pasiones, reconoce abiertamente el diputado foral. Se siente satisfecho con el trabajo realizado y considera que se han hecho realidad poco a poco todos aquellos proyectos que han convertido a Bizkaia en referente en gestión y en política ambiental.

Si hace quince años la Diputación no hubiese pensado en el futuro, ¿qué habría sido hoy de Bizkaia?

No lo habríamos tenido nada fácil.

¿Lo ha pensado alguna vez?

Claro. En la actualidad habríamos tenido un gran problema de espacio para depositar los residuos que se generan. Bizkaia, por su orografía, es en extensión pequeña y los vertederos son los que son. Si no se hubiesen puesto en marcha las plantas para el tratamiento de los residuos, ¿dónde los habríamos dejado?

¿Bizkaia es un territorio limpio?

Bizkaia, en gestión y en política ambiental, es referente respecto al Estado en muchas materias.

¿Por ejemplo?

En la calidad de las aguas de nuestras playas o en el tratamiento de residuos. En esta cuestión, Bizkaia es el territorio que más avanzado tiene la política de gestión integral de todos los residuos. No lo dice Iosu Madariaga, lo dicen los expertos en medio ambiente a nivel mundial. De hecho, todos los años nos invitan a participar en conferencias y congresos como ejemplo a seguir.

¿Orgulloso?

Satisfecho, muy satisfecho del trabajo realizado y del camino recorrido. Pero todo esto no se ha conseguido porque seamos unos genios.

¿Visión de futuro?

Siempre digo que, al igual que hace veinte o quince años, la Diputación pensó en el futuro del territorio, nosotros debemos pensar también en el futuro que tendrán nuestros hijos y nietos. Fue en el año 95 cuando empezamos a trabajar para diseñar el plan de reciclaje, con María Esther Solabarrieta de diputada y yo que, por entonces, era director del departamento. Ahí se empezó con el tema del reciclaje.

No ha llovido nada desde entonces.

Mucho. Pero, como he dicho, no somos uno genios. Lo que hicimos fue copiar de aquellos países que eran referentes en esta materia y que nos llevaban 15 años de ventaja.

¿De qué países?

Fundamentalmente de Alemania. Hay zonas de Alemania que son muy similares al territorio vizcaino. Ellos tenían la experiencia y la tecnología y nosotros pusimos en práctica su modelo.

Los temas de medio ambiente no dan grandes titulares...

Pero son importantes, porque afectan a mucha gente. Trabajamos en silencio, gastamos mucho dinero, pero no sale a la luz. A diario se instalan nuevas tuberías, depuradoras... pero ni es bonito ni se ve.

Solo cuando algo no funciona, hay un corte de agua, se contamina un río...

Siempre he dicho que lo que se hace en este departamento no tiene relevancia, pero cuando algo no funciona o sale mal, te quita votos rápidamente.

Injusto.

Pero es así y hay que asumirlo. No podemos estar pensando en ello. Nuestra labor es trabajar para conseguir que todos los ciudadanos de Bizkaia tengan un nivel de bienestar lo más elevado posible, que tengan agua de calidad, espacios limpios, sin contaminación...

Además de la gestión de los residuos, desde el departamento que dirige también llevan el control del agua que bebemos.

Así es. Dos terceras partes del presupuesto van dirigidas a mantener las infraestructuras hidráulicas.

A partir del año que viene tendremos que pagar más en el recibo del agua.

¿Pagar más? No voy a decir que el agua que bebemos nos salga gratis, pero es un bien que cuesta muy poco a los bolsillos de los vizcainos. ¿Sabe lo que pagan los vizcainos por mil litros de agua?

¿Cuánto?

Mil litros de agua en Bizkaia cuestan la mitad de lo que pagamos por un botellín en un bar, entre 0,75 y 1 euros dependiendo del precio. Podemos presumir y estar orgullosos de contar una calidad de agua inmejorable, pero eso supone grandes costes.

Por tercer año consecutivo ha descendido la cifra de residuos. ¿Es un dato positivo?

Sí, pero la crisis está muy ligada a la reducción de residuos. Se consume menos y, por lo tanto, se generan también menos residuos. Pero al margen de esto, en Bizkaia se han alcanzado unos niveles de bienestar muy altos, con una política de prevención que ayuda a que estas cifras vayan año tras año disminuyendo.

¿Estamos concienciados los vizcainos con el reciclaje?

Sí (con rotundidad). El camino se inició hace quince años y desde entonces se han realizado muchas campañas de sensibilización. En general la ciudadanía vasca es muy disciplinada y ordenada. Los vizcainos han incorporado en sus hábitos con normalidad el que haya que separar los residuos que se generan en el hogar porque ese trabajo es clave.

Pero hoy en día hay quien todavía no hace la separación.

Pero eso ocurre siempre. Es un sistema voluntario y hay quien prefiere estar al margen de normas y no sumarse a este tipo de iniciativas. Afortunadamente, estamos hablando de una minoría. En Bizkaia, la gran mayoría de ciudadanos está concienciado de la importancia que tiene la separación de los residuos en el hogar.

Si viese a un ciudadano depositando vidrio en el contenedor de cartón. ¿Le diría algo?

Por supuesto. Me acercaría y le diría que para el vidrio está el contenedor verde y no el azul.

Entre tantos colores...

Pero no es complicado. La gente sabe para qué es cada uno de los contenedores.

Y si teníamos pocos, ahora se suma otro, el contenedor de color marrón.

Así es. Los primeros se han instalado en Deusto. Son los contenedores con llave, personalizados y que recogen los residuos sin cocinar.

¿Tienen previsto ampliar a más zonas de Bilbao y de Bizkaia?

Sí. El objetivo es ampliar a todo el territorio poco a poco. Se ha empezado con el barrio de Deusto, pero el Ayuntamiento de Bilbao se ha comprometido a ir ampliando este tipo de contenedores personalizados a otros barrios de la villa. Además, también nos hemos puesto en contacto con mancomunidades del territorio para que los vecinos puedan tener la opción de reciclar el material orgánicos sin cocinar como fruta, vegetales...

Los residuos que se recojan en el contenedor marrón se llevarán a la planta de compost, inaugurada la pasada semana en Artigas.

Así es. El problema de la fracción orgánica es que tiene que ser de muy buena calidad para poder obtener compost. Cualquier residuo cocinado contamina y no vale. Por eso, solo las personas que estén dispuestas a hacer ese esfuerzo tendrán una llave para depositar los residuos en el contenedor marrón.

¿Cuánto se ha recogido hasta la fecha?

Cada dos días se están recogiendo alrededor de una tonelada de fracción cruda que se lleva a la planta de compostaje. Lo cierto es que para ser una experiencia piloto estamos muy contentos con la participación ciudadana y la respuesta de los vecinos. Por la experiencia de otras zonas del Estado, generalmente, es el 15% de la población la que se compromete a reciclar el residuo crudo.

Háblenos del Ecoparque de Artigas.

Con la puesta en marcha de la planta de compost y la planta de tratamiento biológico mecánico -actualmente en construcción en la zona de Arraiz- esta zona acogerá todas las infraestructuras de gestión de los residuos de Bizkaia. Por su ubicación, con buenos accesos y cercanía de todos los puntos de recogida, se reducen los costes de transporte.

El pretratamiento de residuos es fundamental, ¿no?

Muy importante, porque con el pretratamiento se reduce de manera considerable el balance de residuos que no se pueden recuperar y que finalmente se lleva a los vertederos o a la incineración.

El objetivo marcado para 2016 es residuo crudo cero.

Lo ideal es que no se generase residuos, pero eso es imposible. Hay que saber gestionar bien, para reducir al máximo el problema. Es clave entender el residuo como un valor a aprovechar, como un recurso más que como un problema. Para eso se requiere de unas infraestructuras para el aprovechamiento y separación de metales, vidrio, plásticos, papel, fracción orgánica... Finalmente, con el residuo pretratado, se puede obtener valor energético, que también lo tiene.

¿En qué situación se encuentran los vertederos de Bizkaia?

Nos quedan operativos tres vertederos de Bizkaia. El de Igorre, cuyo cierre está prefijado para el 2013; el de Jata, que tiene para quince años más, y el de Artigas, en Bilbao. Además, siempre hay que tener un vertedero de cola, por si acaso. Hay que combatir el vertido, pero por si falla alguno de los sistemas tenemos que tener dónde llevar los residuos.

¿Hay algo que hoy en día no se pueda reciclar?

En Bizkaia se puede reciclar todo. Pilas, cedés, aceites, ropa, juguetes...

Pero todo no son residuos y agua. También se impulsan proyectos como el Bird Center.

El próximo lunes -mañana-, se inaugura este centro, ubicado en pleno corazón de Urdaibai, en Kortezubi. El Bird Center nace con el objetivo de convertirse en el centro de migración de aves más importante de Europa, en un entorno espectacular.

A dos meses de las elecciones, ¿le queda algo pendiente?

Mi objetivo es ver tanto en materia de agua como en residuos un consorcio único territorial. Es el modelo solidario que permitiría que todos los ciudadanos de Bizkaia disfrutemos de agua en cantidad y calidad suficiente, y de una gestión adecuada de los residuos, pagando el mismo precio, independientemente de que vivamos en una zona rural o en el centro de la capital vizcaina.