Barcelona, 16 mar (EFE).- Beber agua embotellada no reduce la exposición a contaminantes del agua, según un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) para el proyecto EPICURO, que forma parte de un estudio nacional sobre el cáncer de vejiga.
El estudio concluye, según ha informado este centro de investigación, que toda la población, independientemente de su nivel socioeconómico, está expuesta a contaminantes del agua, y que la diferencia es la vía de contacto con los trihalometanos (THM), productos químicos formados en agua tratada con cloro.
En este sentido asegura que en unos casos se ingiere más agua del grifo y en los otros hay más contacto con los contaminantes con el agua en el baño, la ducha o en las piscinas.
Estos THM, que son factores de riesgo del cáncer de vejiga, se encuentran en el agua potable y pueden ser ingeridos, absorbidos por la piel o inhalados en baños, duchas o piscinas públicas.
Las mismas fuentes señalan en un comunicado que la gente con nivel socioeconómico medio-alto o con mayores niveles de escolaridad que beben agua embotellada en lugar de agua del grifo también está expuesta a los contaminantes del agua potable.
El trabajo, que se basa en una encuesta a 1.300 personas, concluye que el motivo es que las personas con un nivel socioeconómico más alto, a pesar de reducir su exposición a los contaminantes del agua al beberla embotellada, se duchan durante más tiempo, se bañan más frecuentemente y van más a las piscinas que las personas con un nivel socioeconómico bajo.
Según la doctora Gemma Castaño-Vinyals, investigadora del CREAL y directora del estudio, "el riesgo de padecer cáncer de vejiga por contacto únicamente con estos contaminantes es pequeño, y únicamente es otro factor de riesgo".
De hecho, esta investigadora añade que "los resultados de este estudio puede ayudarnos a entender los patrones de uso del agua en el contexto de elaborar pautas para la mejora de la salud pública y para prevenir el cáncer".