El frente común establecido entre los Gobiernos de Cataluña y la Comunidad Valenciana por el Corredor Mediterráneo no se extenderá al ámbito de la política hídrica. Al menos en lo que respecta al trasvase del Ebro. De hecho, el conseller de Territorio y Sostenibilidad catalán, Lluís Recoder, advirtió ayer de que «no hay margen» para nuevos trasvases del Ebro, después de la petición reciente que ha hecho la Diputación de Castellón, avalada por una sentencia judicial. La corporación que preside Javier Moliner pide la ejecución del fallo, que otorga derechos a la provincia respecto al río más caudaloso de España.
Sin embargo, el conseller catalán de Territorio aprovechó una intervención en la sesión de control del Gobierno catalán en el pleno del Parlamento, para justificar que al Gobierno que preside el convergente Artur Mas «le preocupa y mucho» el estado del caudal en el último tramo del río, lo que invalida la posibilidad de hacer extracciones de agua.
Agua de Francia
Recoder aseguró que entiende las demandas de los territorios colindantes con Cataluña, pero reclamó que la falta de agua se consiga a través de cuencas con excedente de caudal fuera del Estado. De esa forma, el Ejecutivo de CiU vuelve a enarbolar la posibilidad de plantear un trasvase desde el río Rídano. Una opción que planteará en el caso de que el Partido Popular gane las próximas elecciones generales.