Distrito Federal.- En la Ciudad de México, más de 90 de cada 100 litros de agua de lluvia se desperdician en lugar de ser captados y utilizados.

Así lo estiman especialistas y autoridades, quienes coinciden en que los capitalinos aprovechan de manera mínima la cosecha pluvial en techos de viviendas y edificios, donde el agua es almacenada a fin de ser usada para el inodoro, riego de jardines y limpieza de áreas comunes.

Durante los aproximadamente 45 días que llueve al año en el Distrito Federal, en promedio, caen 733.

8 milímetros de agua, que equivalen a mil 100 millones de metros cúbicos, según expertos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

El Sistema Cutzamala, que surte de agua a la zona metropolitana del DF, tiene capacidad para almacenar hasta 782 millones de metros cúbicos de líquido.

Según los especialistas, del total de lluvias en la Ciudad, el 30 por ciento se evapora, 40 se va al acuífero, 20 se pierde en el drenaje y sólo 10 queda en sistemas ahorradores urbanos.

A nivel internacional, Berlín es un ejemplo de aprovechamiento del agua de lluvia.

Desde hace una década, esta ciudad alemana recolecta el líquido y lo usa en instalaciones sanitarias y para el riego de áreas verdes de la misma urbe.

Además, hay tanques subterráneos por barrios para almacenar entre mil y 2 mil metros cúbicos de lluvia.

Luis Marín, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, recomendó al Gobierno del DF que, antes que extraer agua de pozos de 2 mil metros de profundidad o buscar el líquido en otras cuencas, debe impulsar políticas que intensifiquen la recolección de lluvia en escuelas, hospitales, viviendas y edificios públicos.

Agregó que la cosecha puede ser utilizada en época de estiaje.

También Arnold Ricalde, asesor ambiental del GDF y director de Orgáni-K (ONG ecológica), afirmó que a la Ciudad le hacen falta políticas y normas que estimulen la captación para el ahorro y reúso del líquido.

Las recientes reformas a la Ley de Aguas del DF, aprobadas en marzo, establecen que los nuevos desarrollos deben instalar sistemas captadores de agua pluvial, pero existe un vacío por la falta de reglamento, lo que deja al libre criterio del desarrollador instalar los sistemas.

Ponen el ejemplo

Las familias que empiezan a vivir en la unidad habitacional ubicada en Aldana 11, en Azcapotzalco, no tendrán problema con el desabasto del agua.

Y es que sus edificios cuentan con un sistema de captación de agua de lluvia que almacena el líquido y después lo distribuye, ya filtrado, para el uso en baños, lavaderos o regar jardines.

"Es muy novedoso el sistema, y esto ayudará a no padecer la falta de agua, que cada vez es mayor en la Ciudad", dijo Pedro Campos, quien lleva dos meses en el nuevo conjunto.

Este es uno de los 11 mil departamentos construidos por el Instituto de Vivienda del DF desde 2008 con este sistema.

Y el Centro de Educación Ambiental Ecoguardas no se queda atrás: desde hace cuatro años cosechan el agua de lluvia y la almacenan en dos tanques de 10 mil litros cada uno y, mediante dos procesos con el uso de carbón activado y luz ultravioleta, sanean el líquido para reutilizarlo para uso humano.

Este centro, ubicado en la carretera Picacho-Ajusco, kilómetro 5.5, en Tlalpan, llega a emplear hasta por 5 meses el agua de lluvia almacenada, pues los dos tanques se llenan hasta 15 veces durante la época de lluvias.

"Tenemos el privilegio de estar en una zona boscosa que tiene una superficie de 132 hectáreas, y aquí en la época de lluvias recibimos mucha agua. Obviamente, la cantidad es mucho mayor de la que cae en la zona urbana", dijo Luz María Pizá, directora de Educación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente del DF.

La ambientalista indicó que el agua de lluvia, ya potabilizada, se destina para el uso humano en las regaderas de los dormitorios, integrados en cuatro cabañas, en baños y cocina, así como para el riego de áreas verdes y limpieza de pisos.

En este centro, donde laboran más de 100 empleados, se abastecen del agua de lluvia para los usos cotidianos, aunque también reciben el líquido mediante la red municipal.

"En los techos de los dormitorios se instalaron las canaletas para hacer la captación de agua de lluvia, y en los cuatro puntos de captación se instalaron ocho tubos de bajada, los cuales conducen el líquido pluvial a sus respectivos registros y posteriormente a un proceso de sedimentación de sólidos.

Después, el agua pasa a los depósitos de 10 mil litros, y ahí se le conduce a un filtro de carbón activado y arena sílica y de desinfección mediante un dispositivo de luz ultravioleta", explicó Hortensia Ahumada, jefa de unidad departamental del Centro de Educación Ambiental Ecoguardas.

La también bióloga detalló que los filtros ayudan a eliminar el color, olor y sabor del agua pluvial, y la luz ultravioleta permite eliminar una variedad de microorganismos al exponerlos a radiaciones ultravioletas, cuyo equipo se concentra en una lámpara.

Ahumada destacó que el agua de lluvia puede ser utilizada para cualquier fin, siempre y cuando se empleen los tratamientos adecuados para cada uso.

"La cosecha pluvial requiere de algún nivel de tratamiento, ya sea primario, secundario o terciario (potable) para garantizar una óptima calidad del líquido. Este proceso de captación de lluvia se puede hacer en casas, edificios, escuelas, universidades y en centros industriales, entre otros, y dependiendo del uso que le quieran dar al agua pluvial dependerá el monto de inversión", agregó Pizá.

A este centro, puesto en marcha en agosto de 1985, se le han ido instalando ecotecnias en toda la infraestructura que abarcan oficinas administrativas, comedor, cuatro dormitorios, lavandería, bodega, sala de usos múltiples, invernadero y cabañas para acampar, cuyos sistemas permiten ahorrar agua mediante baños secos y calentar el agua con energía solar, además de contar con iluminación ahorradora.

El sitio es visitado por escolares de preprimaria, primarias y secundaria, principalmente, aunque también acuden estudiantes de bachillerato, licenciatura y posgrado.

"Nuestras instalaciones son un ejemplo a la población de que sí se puede hacer mucho por el ambiente, y la cuestión está en el cambio de hábitos sobre el uso del agua, así como en la generación y disposición final de la basura", expuso Pizá.

La funcionaria destacó que también acuden empresarios de distintos ramos a conocer sus instalaciones y valorar las ecotecnias, las cuales muchos retoman para instalarlas en sus propios centros de trabajo.

"Ojalá este tipo de ecotecnias, como los sistemas captadores de lluvia, sean aprovechados más en la infraestructura urbana", puntualizó Pizá.