Se recuperan 21 litros por segundo de los 50 que se perdían

El Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua en la UNAM (PUMAGUA) reportó que en los dos años y medio que lleva de funcionamiento dentro de Ciudad Universitaria (CU), redujo a casi la mitad el caudal que perdía en fugas, gracias a la instrumentación de un plan continuo de vigilancia y mantenimiento de la red de abastecimiento del agua potable.

De acuerdo con los resultados que el PUMAGUA muestra en su portal, ya se recuperan 21 litros por segundo de los 50 que se perdían. Ahora se rescatan seis litros por segundo de la red principal de suministro, y 15 del interior de las dependencias universitarias.

Los responsables del PUMAGUA se dieron cuenta de la necesidad de actuar contra las pérdidas del líquido, a partir de la realización de un estudio de balance hidráulico elaborado en 2008, con el que se buscaba determinar el estado en el que se encontraba el consumo de agua en Ciudad Universitaria y establecer medidas concretas para lograr un manejo más eficiente del líquido.

¿Cómo se midió el agua "perdida"?

La investigación comparó la cantidad de agua extraída de los tres pozos que abastecen a la Ciudad Universitaria, con aquélla que se distribuía entre las oficinas administrativas, facultades, centros, institutos y programas universitarios. A una menor escala, se incluyó el volumen de aguas residuales depurado en las plantas de tratamiento, el consumo del líquido utilizado en el riego y en los muebles de baño.

Los primeros resultados revelaron que el sistema de medición de los flujos de agua era deficiente; la red de distribución contaba con 35 medidores instalados, de los cuales sólo tres estaban en funcionamiento.

"Sabíamos cuánta agua se extraía de los pozos, pero no sabíamos cuánta agua se consumía por dependencia", comentó en entrevista el ingeniero José Daniel Rocha, actual coordinador de balance hidráulico del PUMAGUA.

Para enfrentar esta situación, se subdividió la red de suministro de agua en cinco sectores, con el objetivo de tener un mejor conocimiento y control del líquido que circulaba en cada uno, y así delimitar la problemática local.

Posteriormente, se instalaron nuevos medidores electromagnéticos en puntos estratégicos de la red, que enviaban lecturas cada hora a una base central de datos de flujo y presión. La macromedición determinó la dinámica de los grandes volúmenes de agua que se inyectaban en cada sector. La micromedición, por su parte, estableció la cantidad de los pequeños caudales consumidos por cada una de las dependencias.

Mediante el análisis de las lecturas de ambos tipos de medidores, se encontró que los valores de los flujos en las tuberías siempre eran mayores que cero; es decir que "en todo momento se consumía agua, incluso durante la noche y los fines de semana, cuando la actividad en CU es mínima", explicó Rocha.

De los 100 L/s que se extraían en promedio de los tres pozos que abastecen de agua potable a la CU, la mitad se desaprovechaba en fugas. Las pérdidas eran equivalentes a desperdiciar toda el agua extraída de uno de los tres pozos durante las 24 horas, explica el estudio de balance hidráulico.

Como acciones de mitigación se formaron brigadas para la reparación de las tuberías y se adquirieron un geófono y un correlador, equipo especializado que permite localizar las fugas no visibles mediante las ondas sonoras que aquéllas emiten, y que se transmiten a lo largo de la tubería.

Según reporta PUMAGUA, ya están en funcionamiento 74 medidores en 35 dependencias, de manera que se tiene un mayor conocimiento sobre el consumo del líquido.

Medidas de mitigación

Pero las pérdidas no se daban únicamente por el mal estado de las tuberías. De acuerdo con Rocha, aún hay fugas porque las grandes presiones a las cuales circula el agua provocan que salga de la red, a pesar de que las tuberías se encuentren en buen estado.

Con la instalación de válvulas reguladoras de presión, será posible recuperar casi en su totalidad el caudal perdido en fugas.

"PUMAGUA ya compró las válvulas, sólo falta que las instalemos", comentó Rocha.

La detección y eliminación de las fugas en la red de abastecimiento ha sido estrategia clave en el programa integral de manejo del agua que el PUMAGUA ha diseñado, pero también se emprendieron otras acciones que han logrado reducir el consumo del agua. Algunas de éstas son: la sustitución de muebles convencionales de baño por otros de tipo "ahorrador"; el reemplazo de la vegetación de los jardines por plantas propias de la región, que consumen menos líquido, y la rehabilitación de las tres plantas de tratamiento de aguas residuales.

El desperdicio del agua potable no es un problema a enfrentar sólo en Ciudad Universitaria. De acuerdo con el Programa Nacional Hídrico 2007-2012 del gobierno federal, a nivel nacional se pierde entre el 30% y el 50% del agua en las redes de distribución.

Por su parte, en su Programa de Manejo Sustentable del Agua para la Ciudad de México, anunciado en 2007, el gobierno del Distrito Federal reconoció que el 35% del agua que se distribuye, se pierde en fugas.

(Con información de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia-UNAM)