Dejan obra inconclusa en medio de un arroyo y a causa de las lluvias ya muestra desperfectos
Saltillo.- Todo parecer indicar que en la colonia Miguel Hidalgo no se han tomado buenas decisiones. Aunado a los robos de las tapas de alcantarillas, los vecinos se quejan principalmente de dos factores que perjudican directamente a toda la colonia. La instalación de medidores de agua de plástico y la absurda construcción de un parque en medio del arroyo.
Hace unos meses las autoridades comenzaron la construcción de una plaza en forma de corredor en el arroyo que separa las colonias Guerrero e Hidalgo. Creían que era una opción atractiva para los vecinos, sin embargo, actualmente con la obra inconclusa se ha visto seriamente afectada por las lluvias que se han registrado en las últimas semanas.
Lo que el agua se llevó
La plaza está compuesta por una cancha de futbol rápido y juegos infantiles, tales como columpios y resbaladeros. Alrededor de la plaza se colocó una banqueta y el resto del espacio quedó simplemente en tierra. Las lluvias han levantado la banqueta casi al grado de destrozarla.
“No sé cómo se les ocurrió hacer una plaza en el mero arroyo, si ya saben que el agua viene desde arriba, con mucha fuerza y se lleva todo a su paso como lo ha hecho. Para empezar ni siquiera la terminaron, y lo que hay se ha ido destruyendo poco a poco por el agua”, comenta un grupo de vecinas del citado sector.
Las lluvias también han afectado a las calles aledañas al arroyo, sobre todo de la colonia Guerrero, donde el agua ha carcomido el pavimento y ahora además de estar en una pendiente por demás inclinada resulta imposible pasar en carro por ellas.
Asimismo, la sustitución de medidores de agua fue provocada por el deterioro de los anteriores. Después de emitir varios reportes, los habitantes de la Hidalgo fueron escuchados por las dependencias correspondientes y se instalaron nuevos medidores, aunque éstos son de plástico.
Estos medidores, por su material, no han resistido los embates de la naturaleza y se han ido quebrando poco a poco. Eso ha llevado a que, cuando los dueños de las casas de estos medidores dejan abierto el pasador, el agua comienza a tirarse, eso después de ve reflejado en las altas tarifas que llegan con sus recibos.