Habitantes de la calle Paseo de Los Halcones no tienen líquido ni para beber, pues Agsal no ha reparado la tubería tapada
Saltillo.- Habitantes de la colonia Lomas de Lourdes se han visto afectados desde hace más de dos semanas por un problema en red de agua potable, lo que ha provocado el desbasto del vital líquido.
Dicha situación se presenta concretamente en la calle Paseo de los Halcones, donde viven entre 25 y 30 familias aproximadamente, y aunque ya se han contactado en repetidas ocasiones con personal de Aguas de Saltillo, no han solucionado la problemática.
De acuerdo a Ismael Duarte, desde los últimos días de abril comenzó a llegar el agua sin presión y a partir de los primeros días del mes de mayo se quedaron completamente sin agua.
En días pasados acudieron elementos de Agsal, mismos que excavaron en tres puntos de la calle constatándose que la tubería se encuentra tapada debido al acumulamiento de sarro, para después retirarse y no regresar.
Ante esta situación vecinos del sector han solicitado a la paramunicipal el servicio de pipas para poder abastecerse de agua, pero a pesar de que operadoras del 073 han mencionado que llegarán, hasta el momento no se han presentado.
Durante la visita de VANGUARDIA, Ismael Duarte se comunicó a Agsal, siendo una operadora llamada Raquel quien contestó la llamada, y señaló que las pipas ya estaban en la colonia, esto sin que se pudieran ver.
Además aseguró que el ingeniero Carlos Ramírez es el encargado de la reparación de la tubería y el ingeniero Noé Torres de mantenimiento, pero que en ese momento no se encontraban laborando por ser fin de semana, así como que sería tardada la reparación sin dar a conocer la fecha exacta.
Por tal motivo los vecinos han tenido que desembolsar dinero que no tenían previsto para ello.
“Tenemos que comprar cuatro garrafones diarios para lavar trastes, aseo y demás; hemos gastado mínimo unos mil 500 pesos en puros garrafones”, afirmó Ismael Duarte.
Por su parte, Rubén Villarreal señaló que tienen que pagar alrededor de 600 pesos para poder ir a una lavandería para lavar la ropa.
“Ahora estamos comprando 12 garrafones a la semana, cuando antes los comprábamos al mes y tenemos que ir a bañarnos a la casa de mis hijos”, dijo.
Salvador Soto también presenta su inconformidad ante esta situación, y aunque cuenta en su domicilio con un aljibe, el agua con la que cuenta está a punto de terminarse.