Un correo electrónico advierte lo siguiente: “Si eres de las personas que dejan su botella plástica con agua en el carro (sic) durante días calurosos y beben el agua después de que regresan al carro, corres el riesgo de adquirir cáncer. Sheryl Crow dijo en el Show de Ellen que ella adquirió el cáncer de seno de esta manera. Los doctores explican que el calor hace que el plástico emita un químico tóxico que se ha encontrado en los tejidos de senos con cáncer”.
Realidad: El desánimo que manifiesta al escuchar la pregunta el doctor Fernando Guisa, presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana de Fomento Educativo para la Prevención y Detención Oportuna del Cáncer de Mama (FUCAM), nos da una pista de qué tan cierto es este mito: “Sí, ya he leído eso.
También hay gente que dice que cuando tiemble te pongas las llaves en la bolsa izquierda porque si no te vas a caer. Solo son mitos que tiene el populacho”.
La Sociedad Canadiense de Cáncer, una institución que busca mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer en ese país, termina por sepultar el mito: “Algunas versiones de este rumor dicen que el cáncer es provocado por dioxinas que libera el plástico de la botella. Sin embargo, no hay evidencia de que estas botellas contengan dioxinas”.
La única amenaza real al beber agua de una botella abandonada por días en tu auto es que los gérmenes, favorecidos por las altas temperaturas, se habrán reproducido en ella. “Estos gérmenes, de ser ingeridos, pueden provocar que alguien sufra diarrea o vómito”, se advierte en la página de la Sociedad Canadiense de Cáncer. Pero ese sería la máxima amenaza de ese “químico tóxico”.
(Con información de la "Revista del Consumidor")