La descarga de desechos de la Villa estaba fuera de norma: análisis de la UdeG.
Las aguas residuales que se descargaron al suelo del terreno de la Villa Panamericana en la zona de El Bajío —que detectaron autoridades municipales el 23 y 24 de octubre pasado— son aguas negras no tratadas, concluyeron los estudios que elaboró la Universidad de Guadalajara (UdeG) a petición del Ayuntamiento de Zapopan.
Los resultados clínicos de las muestras, de los cuales tiene una copia este diario, determinaron que en el vertido de los desechos en fosas a cielo abierto que realizaron los encargados de la Villa se violó lo que estipula la Norma Oficial Mexicana NOM 001 Semarnat-1996, que establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales.
De la muestra que se tomó del agua de desecho del complejo habitacional de la Villa Panamericana se detectó que había 480 miligramos por litro de sólidos suspendidos, cuando el límite es de 125 miligramos por litro. En tanto que la demanda bioquímica de oxígeno era de 667 miligramos cuando el tope es de 150. En lo que se refiere al potencial de hidrógeno (pH) del líquido desechado era de 6.44 puntos, es decir demasiado alcalino y superior a lo que fija la norma.
Con respecto a la muestra tomada de las aguas provenientes de la cocina y del comedor vertidas durante el mes de octubre pasado, durante la celebración de los Juegos Panamericanos, se detectó que había 307.30 miligramos de grasas y aceites por litro cuando el tope permitido es de 15 miligramos por litro. El pH del agua en este caso fue de 8.59, también mayor a lo permitido.
Cabe destacar que el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 (Copag) negó haber vertido aguas crudas generadas por los ocupantes de la Villa Panamericana al suelo en siete fosas de El Bajío del Arenal (MILENIO JALISCO, 3 de noviembre de 2011).
Hugo Rodríguez, director de Infraestructura Deportiva del Copag reconoció en aquella ocasión que sí hubo un problema con la planta de tratamiento, que no se dio abasto para procesar todos los desechos, pero afirmó que los vertidos fueron de aguas tratadas con calidad de riego, lo cual dijo era muy diferente a las aguas con heces. Tal declaración ahora es refutada con los datos que arrojó el estudio clínico realizado por la UdeG.