El secretario del Consejo ruso de seguridad, Nikolai Pátrushev, alertó hoy sobre las posibles guerras por el agua, un recurso cada vez más escaso en el mundo.
“En un contexto de creciente competencia global no podemos descartar el uso de la fuerza militar para resolver los problemas de recursos”, advirtió Pátrushev al intervenir en una conferencia dedicada al desarrollo del sector hídrico.
Según las estimaciones internacionales, la escasez de agua afecta en la actualidad a unos 700 millones de personas en 43 países, cifra que podría incrementar a más de 3.000 millones hacia 2025.
Las riquezas hídricas de Rusia, según Pátrushev, son “una de las reservas principales para incrementar su competitividad en el escenario global y garantizar los intereses nacionales”. “Para ello necesitamos elaborar a largo plazo las medidas para proteger esta riqueza nacional”, agregó.
Recordó que Rusia ocupa el segundo lugar del mundo tras Brasil por el flujo fluvial, y el tercero, tras Brasil y Canadá, por la disponibilidad de agua por habitante. El lago ruso Baikal, en el este de Siberia, acumula un 20% de la reserva mundial de agua dulce de superficie.
“Tanta abundancia hídrica endosa sobre Rusia una responsabilidad especial sobre la preservación y el uso racional de este importante recurso natural”, subrayó.
El servicio de Infraestructuras hace públicas siempre las variaciones que tienen que ver con el abastecimiento de los zaragozanos, tal como se hizo el pasado 4 de julio cuando se alcanzó un acuerdo de colaboración entre la Comunidad de Regantes de Bardenas, AquaEbro, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y el Ayuntamiento de Zaragoza, que había solicitado la cesión de caudales.
Jerónimo Blasco ha señalado que "resulta sorprendente que el Partido Popular de Zaragoza hable de este asunto sin comprometerse a solicitar al Gobierno de Rajoy el rápido recrecimiento de Yesa, lo que permitiría garantizar al cien por cien el agua del Pirineo".
El 31 de julio de 2010 Zaragoza comenzó a beber agua procedente de Yesa en su integridad, pero la sequía del año pasado y la necesidad de caudales para asegurar los riegos, hizo que la capital aragonesa volviera a los consumos del Canal Imperial y de la Loteta, que se activó por primera vez, para buscar la mezcla de mejor calidad y asegurar el consumo de la población y de los seis pueblos que se abastecen también de Zaragoza.