El futuro del agua fue un tema ampliamente debatido en el Foro Global de Sostenibilidad, realizado en Madrid. La intención es convertir en un bien comercial al vital líquido. La crisis de la escasez del agua sumada a la crisis económica abre nuevos paradigmas en temas ambientales, conforme se concluye del evento internacional. Nuestro país debe estar atento para evitar el apropiamiento de sus recursos hídricos.

“En un futuro cercano, ¿vamos a mover el agua de un sitio a otro para hacer frente al problema del recurso escaso? Canadá, Brasil, Rusia tienen la mayor cantidad de agua dulce en sus superficies. ¿Deben abrirse y distribuir el agua a los que no tienen? ¿La sostenibilidad, entonces, es un peso o una oportunidad?”, se preguntó Juan Costa Climent, líder global de servicios de Sostenibilidad y Cambio Climático de la empresa de servicios financieros Ernst & Young, firma organizadora del Foro con la Secretaría General Iberoamericana.   

Sus preguntas tuvieron una pronta respuesta de la consejera de la empresa petrolera Repsol YPF: “El agua debe comercializarse como el gas y el petróleo”.   

Este tema del agua centró el interés de los casi 200 líderes políticos y empresarios, además de ex mandatarios y referentes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, quienes participaron del Foro, que contó con el apoyo del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo de España. 

Para el tratamiento de estos temas, como velar por los recursos hídricos, “la agenda ambiental debe ser prioridad a corto, mediano y largo plazo, en todo gobierno”, indicó el secretario de Estado de Comercio español, Jaime García-Legaz.   

Dicha agenda ambiental debe contemplar la prevención, mitigación y adaptación al cambio climático. “Por lo menos, en eso hay consenso entre todos los países”, dijo el ministro español.   

A criterio del ex presidente de España y presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar, las políticas sostenibles y responsables son las capaces de propiciar crecimiento económico de un país y, por ende, generará más empleo y oportunidades.

Aznar calificó de “reduccionista, limitada y falsa” la idea de reducir el concepto de la sostenibilidad solo a la dimensión ambiental. A su criterio, el concepto abarca más, es más integral, y para ello propuso la necesidad de implementar medidas que tengan como objetivo conseguir la consolidación fiscal y la recuperación del crecimiento y el empleo para reforzar la solvencia de un país.   

Dijo que una política insostenible se da cuando se dejan deudas a sabiendas de que no se podrán satisfacer los compromisos. “El hábito de gastar sin medida y sin preocuparse por cómo se pagarán ni qué beneficio social dejarán esos gastos refleja una despreocupación lamentable”, indicó. 

Dichas expresiones son reflejo de lo que sucede en Paraguay y en casi todos los países latinoamericanos.

Innovación y tecnología  

Para el secretario general iberoamericano, Enrique V. Iglesias, no existen dudas de que estamos presenciando un cambio de época, “lleno de inseguridad e incertidumbre”, con nuevos motores que impulsan ese cambio: la tecnología y la innovación.   

Agregó que la mala distribución de la riqueza desacelerará a un gobierno. “La crisis financiera (global) precipita procesos de nueva economía, con una buena distribución de la riqueza”, manifestó Iglesias.

Dicho proceso de desarrollo sostenible, con crecimiento económico, principalmente para países emergentes, se dará “con una mayor participación ciudadana”, ya que estamos ante un “mundo nuevo”, con nuevos modelos de producción y consumo.

“Evoluciona un nuevo concepto del desarrollo económico y social, donde es necesario preservar los valores éticos, ya que el mundo se olvidó de esos valores. El gran tema es cómo hacer para preservar éticamente los valores para las futuras generaciones”, manifestó Iglesias.

Riquezas de Paraguay 

Nuestro país cuenta con más de 400 cursos hídricos superficiales (arroyos, ríos, lagos, humedales) y varios acuíferos, en tan solo 406.000 kilómetros cuadrados de superficie. Es uno de los de mayor riqueza en agua dulce. Sin embargo, sin mucho control respecto a la protección y gobernancia, por inacción del gobierno y sus oficinas correspondientes.   

Ante la posibilidad del mercado abierto del agua, hay una desidia para hacer frente a este problema. La evidencia clara se tiene en el Ministerio de Industria y Comercio, donde en el registro para la explotación del agua aparecen de 4.700 empresas, entre ellas firmas multinacionales.   

Paraguay debe impulsar un acuerdo común con los países del Mercosur para sellar el Acuífero Guaraní y todos los recursos de la cuenca del Plata como innegociable a la hora de sentarse a debatir nuevos acuerdos globales en la Cumbre de la Tierra, que se hará en junio próximo, en Brasil, al cumplirse 20 años de la cumbre de Río.