En nuestro país, las construcciones de edificios para viviendas y comerciales se multiplican. Desde afuera dan una formidable impresión, los equipamientos no tienen nada que envidiar a otros de la región.

Pero todos ellos necesitan agua, para limpieza, cocina, baños, todo lo que se usa a diario por decenas de personas que viven o trabajan allí. El agua negra o servida que desechan los edificios tiene un volumen formidable. Pero ¿existe un tratamiento de aguas negras en nuestro país? Un empresario que acaba de inaugurar un elegante edificio dijo que no existe ningún tratamiento de esas aguas negras, el constructor se limita a conectar todo a la cloaca y listo. Si no existieran redes cloacales se hacen pozos ciegos y cámaras sépticas, pero tampoco hay una ordenanza desde el municipio o desde la Seam que obligue a un propietario a tratar esas aguas antes de “deshacerse” de ellas.

El ingeniero agrónomo José Silvero, director de Recursos Hídricos de la Seam, explicó que no hay nada rígido. “Se evalúan las propuestas técnicas que presentan los proyectos, la Seam exige que tenga zonas de alcantarillado para conectarse. Si no hay cloacas, se evalúan las propuestas, se exige permeabilidad de suelo para que sea factible la construcción; al no haber alcantarillado y solo cloacas, no va a ser efectivo ningún tratamiento. No va a ser sustentable si no se desagota cada dos meses, dependiendo de la cantidad de gente que reúna el edificio”.

El arquitecto Luis Villalba, director general de Desarrollo Urbano de la Municipalidad, señaló por su parte: “estamos tratando de instalar, porque no existe una reglamentación que obligue al tratamiento de las aguas servidas”. Se pretende “conformar un equipo de trabajo para que se generen esas normas, con la intención de recuperación de aguas grises para regadío, generar una conciencia ciudadana, para que se apliquen las normas internacionales conocidas como Iso 14.000, las estándares, que son citadas por la OMS, que hace a la certificación del cuidado ambiental. Por ahora, la aplicación de las normas es voluntaria”.

Muy pocos propietarios que invierten millones en un edificio tienen la conciencia de pensar en este tema que afecta no solo el presente, sino el futuro de todos.

El arquitecto Víctor González Acosta refirió que, infelizmente, aunque hubiera reglamentación, no se cumple. “Hay que insistir en una responsabilidad ciudadana para contribuir a la salud del planeta.

Estamos tratando de elaborar nuestras normas sobre el edificio sustentable, es una gran oportunidad para reducir el uso de energía, para elaborar nuestras normas. En el World Trade Center vamos a recoger toda el agua de la lluvia y la vamos a volver a usar en limpieza, sanitarios y riego”, señaló.

Sin embargo, para las aguas negras o servidas, la solución más común es hacer un pozo ciego y una cámara séptica.

Un arquitecto que visitó nuestro país hace ya tiempo había mencionado que el tradicional sistema anaeróbico (filtrados por gravedad) de tratamiento de aguas residuales ha dejado de utilizarse en el mundo hace 20 años debido a que el agua que sale de este proceso es un líquido que sigue estando contaminado, y eso afecta a las napas freáticas, algo muy triste para nuestro planeta y la calidad del agua que se disemina a través de miles y miles de lugares debajo de la tierra, y sobre ella en arroyos y ríos.

Las industrias, hoteles, centros comerciales, edificios para viviendas y demás que se construyen en nuestro país tienen que tener un sistema de tratamiento de aguas reglamentado no como una invitación, sino con ordenanzas que sean penalizadas si no se cumplen. Otro tema de debate, sin duda, son los costos, y la respuesta la darán las generaciones que vengan después de nosotros.