En los próximos doce meses el río Quinto estará bajo la lupa de los facultativos para prevenir su contaminación. El Municipio logró un convenio con la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económicas Sociales para que el cauce sea sometido periódicamente a diversos análisis físicos-químicos que den cuenta de su estado. Los muestreos comenzarán la semana próxima y serán efectuados en distintos puntos del río.

Los controles estarán a cargo del ingeniero Félix Galarza y Cecilia Belmonte, serán costeados por la Municipalidad y los resultados de las primeras muestras determinarán cuan frecuentes serán los relevamientos a lo largo del año. Los análisis bioquímicos irán acompañados por otros para conocer las diferentes algas que habitan en la corriente. (Ver recuadro). “Los estudios están dirigidos a tener información precisa sobre el agua que suministramos; es por ello que, una vez listos, daremos a conocer los resultados”, señaló el intendente, Mario Raúl Merlo.

El decano de la FICES, Sergio Ribotta, explicó que el fin de los exámenes en el afluente nació como una manera de velar por el cuidado del recurso hídrico que se vio afectado en los últimos meses por un desagradable olor y color blanquecino. “Pretendemos trabajar de manera preventiva no sólo por la importancia en el consumo humano sino también en lo que es riego y consumo animal”, indicó.

El intendente sugirió la necesidad de firmar un acuerdo de similares características con el Ministerio de Medio Ambiente. “El objetivo es ordenar los sistemas de análisis para que las muestras que obtiene Obras Sanitarias Mercedes, la Universidad y la Provincia puedan ser tomadas de forma simultánea y comparadas así para un mejor estudio”, refirió.

La administradora de Obras Sanitarias Mercedes, Cecilia Castro Luna, destacó el valor que tiene el cauce en el embellecimiento de Villa Mercedes. “Los ríos han sido siempre la fuente de todas las civilizaciones. Toda gran ciudad nace en la vera de un arroyo. Ahora el nuestro está sufriendo las consecuencias del progreso y las distintas situaciones de la contaminación del medio ambiente”, manifestó.

Unos meses atrás. Los ojos de toda la provincia fueron puestos en el río Quinto en julio. Los vecinos de La Ribera y sus inmediaciones advirtieron la presencia de una misteriosa sustancia grasosa que tiñó de blanco las aguas e invadió de un putrefacto hedor la zona.

En una primera instancia, los técnicos hídricos de San Luis Agua atribuyeron el inusual fenómeno a una proliferación de algas. Sin embargo, la especialista en los organismos acuáticos, Cecilia Fernández, desmintió la posibilidad.

Para tranquilidad de la comunidad, recientes estudios a cargo de la Universidad Nacional de Cuyo revelaron que el río no estaría contaminado. San Luis Agua sostiene que la falta de caudal -característica de la temporada por las escasas precipitaciones- imposibilita la renovación del agua, genera su estancamiento y la hediondez.