Puerto La Cruz / Anzoátegui.- Los parques de agua se convirtieron en una popular opción que invita al disfrute en familia, con atracciones especialmente diseñadas para hacer del preciado líquido un efectivo catalizador del solaz y la diversión al aire libre.
Al acercarse a una de estas instalaciones, lo primero que se puede apreciar -incluso desde la distancia- son los altos, sinuosos (o rectos) y coloridos toboganes, que invitan a los más arriesgados a gozar de la velocidad y la adrenalina en una serie de variados descensos que culminan en una refrescante piscina.
Pero no toda la diversión está dirigida a quienes gozan de las emociones extremas, estas locaciones cuentan con atracciones acuáticas especiales para el goce de niños, piscinas de olas artificiales, ríos lentos, entre otras actividades destinadas a brindar esparcimiento bajo el Sol.
Venezuela cuenta con cuatro grandes parques acuáticos, ubicados en el Oriente, Centro y Occidente del país. Así pues Kariña, El Agua, Dunas y Aguamanía ofrecen millones de litros de esparcimiento, que son complementados con servicios de restaurantes e incluso tiendas de conveniencia que le permitirán adquirir elementos esenciales como trajes de baño, sombreros, bronceadores, bloqueadores solares y pelotas.
Experiencia anzoatiguense
El 5 de junio de 2009 abrió sus puertas en las afueras de Barcelona Parque Kariña, una iniciativa turística edificada en 70.000 metros cuadrados de terreno en los que se instalaron 23 atracciones hídricas entre las que se destaca la montaña de los Yosjo (dioses, en dialecto Kariña), una torre que se eleva a 23 metros del suelo y que cuenta con siete atracciones de intensidad extrema, recomendadas para personas con una estatura mayor a 1,20 metros.
Toboganes bautizados como kamikazes aqua racer, la trenza, 3 stuka o el péndulo, descienden raudos de esta “montaña” que se jacta de ser la más alta en su estilo de Venezuela.
11 metros más abajo está la montaña Maabare (espíritu de los farallones) que ofrece dos rampas de desplazamiento, un poco más lentos, en las que -sobre inflables o sin ellos- los usuarios disfrutan de los toboganes de balsa o el torbellino de cuerpo, cuyos recorridos terminan en dos piletas.
En la tercera atalaya, de 12 metros, está la montaña Kuruupi (espíritu de la selva) de las que se desciende en el tobo loco y el torbellino de balsa, que integran esta atracción.