Nuevo Laredo, Tamaulipas.- El agua del río Bravo que México solicitó a Estados Unidos como préstamo para garantizar el abasto a sus comunidades fronterizas y a la agricultura, llegó en su momento aunque con algunos problemas, dijo Edward Trusina, comisionado estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Consideró que la sequía que afecta algunos estados fronterizos de ambas naciones, hizo que surgieran algunos problemas, “pero no es nada que no podamos controlar”, expresó.
Ello, debido a la controversia que hace algunos días surgió entre los dos países por una petición que México hizo a Estados Unidos, de adquirir agua del río Bravo en calidad de préstamo.
Dicha petición había sido negada por la Comisión de Texas sobre Calidad Ambiental, bajo el argumento de que ‘sería un peligroso precedente de abastecimiento a las demandas de agua de México’.
Sin embargo, Roberto Salmón, comisionado nacional de CILA en México, dijo que el sistema de presas de aguas del río Bravo en el lado mexicano, están por encima del 50%, y aseguró que ello garantiza el abasto de agua para el consumo humano y para la agricultura, en los estados que colindan con su afluente, como son Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, así como su contraparte en Estados Unidos.
De acuerdo a reportes de CILA, a pesar de la sequía que se abate sobre gran parte de los estados del norte de México, la presa La Amistad, ubicada en el norte de Coahuila, presenta en estos momentos el 65% de su capacidad de almacenamiento.
En tanto, la presa Falcón, ubicada en el municipio de Guerrero, en Tamaulipas, cuenta con el 43%, y ambas garantizan el abasto de líquido a las poblaciones fronterizas de ambos lados de la frontera, que dependen del agua del río Bravo.