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Noticias Nacionales - Agosto 2012


8 de Agosto de 2012

Viejos arroyos ponen en peligro a Arenales Tapatíos

 

Las colonias zapopanas vecinas de La Primavera siguen esperando una evaluación sobre los daños que dejó la tormenta del lunes

ZAPOPAN, JALISCO.- Vivían en riesgo; el peligro era constante y, ciertamente, no había forma de evitarlo. Sus casas: el patrimonio de una vida, quedaron asentadas en una colonia con más de 20 años de historia, forjada a través de la invasión de paracaidistas.

Los vecinos de las colonias inundadas la madrugada de este lunes —Lomas de La Primavera, Carlos Rivera Aceves, Miramar y Arenales Tapatíos— se convirtieron en residentes de una zona que, previo a su arribo, era espacio donde el agua fluía naturalmente… Pero la naturaleza no perdona, y el arroyo retomó su vertiente.

De acuerdo con el Atlas de Riesgo por Inundación en la urbe, en manos del investigador Luis Valdivia Ornelas, del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial de la Universidad de Guadalajara (UdeG), el área que se inundó en el Sur de la ciudad formaba parte de los puntos históricos de inundación plenamente identificados en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

El documento da cuenta de un arroyo que coincide en ubicación con la cartografía del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y que se forma de los afluentes de líquido pluvial que bajan por el Cerro del Colli, formando un arroyo que atraviesa todas las colonias afectadas del lunes.

El documento, que se puede consultar en el portal de la dependencia referida, muestra cómo el Bosque La Primavera reproduce cada temporal esas “venas de agua” que bajan por el Cerro del Colli, así como de los cerros conocidos como Las Torres. Se trata de ocho afluentes que, conforme bajan, se convierten en un caudal más ancho y fuerte y que terminan atravesando precisamente las colonias que se inundaron el lunes.

La evaluación de daños en las colonias zapopanas que resintieron los estragos de la tormenta del lunes ya se inició. El alcalde Héctor Vielma Ordóñez presume que “el Gobierno municipal está preparado para responder”, aunque los habitantes de ese espacio dijeron ayer que difieren de esa impresión del a autoridad.

Y es que ayer, a más de 24 horas de ocurrido el desastre que cobró una vida en Arenales Tapatíos, la Unidad Municipal de Protección Civil no había concluido dicha evaluación. Por lo tanto, hasta el cierre de esta edición no hay una instrucción clara sobre la estrategia que se implementará.

Sin embargo, Vielma Ordóñez admite que desalojarán a por lo menos ocho familias “de aquellas casas que están muy dañadas” y anunció que su reubicación “es obligatoria, quieran o no”.

No dijo si los gaviones que soportaban la presión del agua (y cuya fractura devino en el hecho) han sido repuestos. “Estamos haciendo las investigaciones necesarias, para todo lo necesario”, insistió.

El presidente municipal no dio datos que aclaren si podría tomarse la misma decisión que en la Colonia La Martinica el año pasado, donde se aprobó un monto de 23 millones de pesos para comprar 49 predios en la zona de riesgo luego de la inundación que afectó al patrimonio de decenas de familias de ese asentamiento.

Ahora el problema es mucho mayor, ya que la Unidad de Protección Civil de Zapopan ha contabilizado 197 fincas con daños considerables; esto es, más de cuatro veces la crisis que el Ayuntamiento de Zapopan tuvo que enfrentar en 2011.

CRÓNICA
Moscas, costales y un moño negro


La escena de la madrugada del lunes puede repetirse. Los vecinos y las autoridades trabajan en la limpieza de las casi 200 fincas dañadas por el desbordamiento del arroyo, que corre por la calle Plata, en la colonia Arenales Tapatíos, pero ignoran el gavión roto, la estructura que no frenó el agua y el lodo que inundó casas y provocó la muerte de Brígida Martínez Martínez, de 35 años.

El gavión no detendrá el agua de otra tormenta fuerte. El comentario es parte de la charla de dos policías municipales que recorren la zona a caballo.

Unos costales de arena son los curitas para la estructura que está a unos metros de la casa con el número 2834 de la calle Oro, la cual perdió sus muros porque su vecino, el arroyo, esta vez no fue amable: arrasó con lo que se encontró a su paso. “Afortunadamente nosotros no nos quedamos en la casa ese día”, dice María Ramona Núñez Ojeda, de 58 años, quien relata que su esposo es taxista y ella vendedora, así que venían en camino hacia su hogar, “ahí por Avenida López Mateos, cuando una vecina nos avisó de la inundación” y de los daños en su casa, donde el equipo voluntarios y personal de la Dirección de Protección Civil y Bomberos del Ayuntamiento de Zapopan ayudan a sacar cubetas de lodo de los cuartos que quedaron en pie.

El olor a aguas negras está ahí en el ambiente, donde las moscas ahora son otro vecino de los afectados, quien como Juan Rodríguez Francisco, jardinero y vecino de la calle Centenario, no cree en la versión de que la gente se robó las piedras del gavión: “Fue el agua, aquí se abrió solo. Allá arriba —en el Bosque La Primavera— no sé, pero aquí fue el agua”.

De la visita del alcalde zapopano, Héctor Vielma, María Ramona cuenta que “acá no llegó: a donde estaba lo peor no llegó”. Agrega que “muchos de playera verde no se querían ensuciar las botas”.

Tanto María Ramona Núñez Ojeda como Juan Rodríguez Francisco tienen suerte: están vivos; en cambio, el destino fue distinto para Brígida Martínez Martínez, quien falleció y dejó a cuatro hijos; el mayor es Joaquín, de 16 años, quien identificó el cuerpo de su madre.

La casa de Brígida Martínez cierra en el paso de la calle Centenario. Federico Espinosa Morales vive en el número 50 de Uranio, justo a un lado. “Todos los años se mete el agua”, cuenta el hombre, que incluso colocó unos costales de arena para detener la corriente y en su caso fueron suficientes para salvarlos.

Brígida Martínez no fue la única arrastrada por la corriente; también dos de sus hijos: Leonel y Mauricio, el más pequeño de nueve años, pero ellos pudieron sujetarse, cuenta José Carlos Gutiérrez, vecino de Uranio 52.

“Las inundaciones no son algo nuevo, ya tenía días que corría el agua de allá arriba. Siempre hablamos —a la autoridad—, pero nunca nos hacen caso; hemos metido escritos para que vengan a arreglar el drenaje porque corren aguas negras y siempre estamos aquí con el mosquerío y el olor”, expresa Gabriela Alonso, quien atiende la tienda de abarrotes Lolita, a la cual iban Brígida y sus hijos.

Gabriela Alonso cuenta que eran buenos vecinos, “muy trabajadores. Ella les dejó buenos valores a los muchachos”. Brígida Martínez era comerciante en los tianguis de la zona, vendía verduras y ropa, y desde hace tres años era el pilar de su hogar, ya que su esposo falleció de cáncer. Ahora, sus cuatro hijos ya no vivirán en la casa de la tragedia, donde este martes colgaba un moño negro: “Un tío se los llevará al DF”, cuentan los vecinos que, con cada lluvia, pensarán en el gavión mientras éste esté roto.

INUNDACIONES ZAPOPANAS
Los problemas del agua

La Martinica


El 13 de julio de 2011, más de 45 casas de la Colonia La Martinica resultaron afectadas por el desbordamiento de un arroyo que fue convertido en un canal. Aunque no hubo muertes que lamentar, por lo menos 49 viviendas se vieron afectadas de manera considerable, por lo que el Ayuntamiento de Zapopan aprobó asignar 23 millones de pesos para comprar dichos predios. A la fecha aún hay familias que se niegan a entregar sus casas, pues insisten en que el valor de sus fincas es mayor.

El Mante

El 9 de julio de 2010 se registraron fuertes lluvias en el Sur de la ciudad y dejaron 17 casas inundadas. En aquella ocasión se desgajó una parte del Cerro del Colli, a unas tres calles del Periférico, lugar donde la autoridad había apercibido a los vecinos del riesgo. Colapsaron 20 metros del muro que colinda con el canal que da nombre al vecindario.

Zonas de riesgo

En 1999 se anunció que se harían desalojos en varias zonas de riesgo de Zapopan, que incluían colonias como El Mante, Arroyo Hondo, Villas de Guadalupe, Miramar, Paseos del Briseño, Lomas de Tabachines, Lomas de La Primavera, El Mirador Escondido, Miguel Hidalgo y otras. Todas esas colonias continúan pobladas.


 

 


Fuente:

8 de agosto de 2012, Viejos arroyos ponen en peligro a Arenales Tapatíos. www.informador.com.mx
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