Con más de 80 mil votos captados hasta la semana pasada, la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación busca que los habitantes del país, a través de una consulta pública vía Internet, decidan cuáles son los grandes problemas prioritarios para el desarrollo que pueden -y deben- resolverse mediante la aplicación del conocimiento.

Este ejercicio se inició el pasado 10 de noviembre y en él se plantean 10 grandes retos, entre los cuales los participantes -que se mantienen en el anonimato- pueden elegir los tres que consideren más relevantes para ser resueltos hacia el año 2030.

Los rubros que más concentraban la atención de los participantes hasta la semana pasada (los organizadores esperan que voten alrededor de 200 mil) personas eran los siguientes:

Lograr un campo más productivo y seguridad alimentaria (15% de votos); modernización del sistema educativo (15%), y asegurar el abasto de agua potable a la población (13%).

Los otros rubros son: cambio climático; salud pública; medio ambiente; adicciones; desarrollo aeroespacial; migración y derechos humanos y energías alternativas

Se trata, a decir del doctor José Franco López, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC, que la organiza junto con el IPN, la UNAM y las comisiones respectivas en la Cámara Baja y el Senado), de un ejercicio inédito en México, que contribuirá a democratizar la toma de decisiones sobre política científica.

“La idea es construir una carretera de dos vías: en una los científicos y tecnólogos y en otra los ciudadanos, para que ellos también puedan decirnos qué consideran más importante”, comentó Franco. Los resultados serán consignados en 10 libros temáticos, que se presentarán a los otros poderes de la Unión y empresarios.

Voto por el saber

El único antecedente de esta consulta se registró en España, cuando en 2010 la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología y el Ministerio de Ciencia e Innovación realizaron una similar, con la meta de integrar una agenda en la materia. Es decir, es inédita en Latinoamérica.

Los diez temas que se proponen (de los cuales pueden escogerse tres) son: agua, cambio climático, educación, energía, investigación espacial, medio ambiente, migración, salud pública, salud mental y adicciones y seguridad alimentaria.

Tales temas no fueron escogidos de modo arbitrario: parten de estudios científicos previos y del análisis de sus efectos (en algunos casos más evidentes) sobre áreas productivas y recursos naturales, no sólo en México, sino a escala mundial.

“El cambio climático es el problema ambiental más importante del siglo XXI. No sólo por las implicaciones que tiene para los seres vivos, sino porque en este momento se suma a una crisis ambiental por el mal uso que hemos hecho de los recursos”, dice la doctora Amparo Martínez, directora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

La coordinadora del tema asegura que es necesario saber a escala más fina cómo se darán los impactos del cambio climático en México: “Necesitamos más investigación, pues ni siquera sabemos cuáles serían los puntos más álgidos”, reconoce.

“Por lo que se ha estudiado en otros países podemos tomar ejemplos sobre cómo afectarán las olas de calor o los huracanes más intensos. Pero hay otros efectos que ni siquera imaginamos. Para saberlos requerimos estudios locales y regionales”.

Alcance acotado

Axel Didriksson, coordinador del tema educación, reconoce que el ejercicio es sólo una consulta cuya incidencia en las políticas públicas de ciencia está por verse, pues sus resultados no tendrán un carácter vinculante. Es decir, sus conclusiones se pondrán a consideración de las autoridades, sin que exista obligación de cumplirlas.

“Tuvimos que acortar necesariamente el alcance de la temática por distintas razones: una de ellas porque la historia de la investigación científica en el país da para hacer un listado enorme. Hemos carecido de áreas de investigación sobre las cuales debimos haber trabajado”, planteó el investigador de la UNAM.

Según la Asociación Mexicana de Internet, hacia 2010 aproximadamente 30% de la población mexicana (unos 35 millones de personas) tenían acceso a Internet. Esto de entrada limita los alcances de la encuesta, que la semana pasada había acumulado más de 82 mil votos. Los temas más votados eran: seguridad alimentaria, educación y agua potable.

Sobre este tema, la coordinadora del reto agua, Leticia Torregrosa, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, comentó que el abasto del recurso en cantidad y calidad adecuada a la población del país es un tema aún no resuelto, sobre todo por su inequitativo acceso.

Recordó que en las ciudades la cobertura llega a 98.2%, mientras en zonas rurales es sólo de 69%.

“De los 2,240 municipios, sólo unos 1,100 tienen sistemas para operar el agua. Todos los demás resuelven el problema del abasto en múltiples formas y el problema grave es que en México no hay políticas bien definidas al respecto”, advierte.

Didriksson plantea superar el rezago educativo (de 30 a 40 años respecto a naciones avanzadas) mediante el desarrollo de conocimientos, reformas educativas, nuevas currículas, formación de profesores, infraestructura y tecnologías de punta.

Advierte que el país debe apostarle no sólo a la cantidad (México destina casi 7% del PIB a este rubro) sino a la calidad, con la formación de profesionales en áreas que generan gran valor agregado, como las ciencias genómicas y la nanotecnología.

La encuesta estará abierta hasta el 30 de enero de 2013. Sus resultados serán consignados en 10 libros temáticos, que se entregarán a representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo.