Pese a las condiciones de sequía y falta de agua que se viven en distintas regiones del país, México es uno de los países de Latinoamérica que menos porcentaje tiene en recuperación de agua por escurrimiento, ya que en materia de disponibilidad del recurso, en el norte del territorio nacional, el líquido de lluvia que se capta por escurrimiento es únicamente cuatro por ciento.
A decir de Pedro Camacho Castro, especialista en recursos del agua de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) tan sólo en el sureste y las zonas costeras se logra captar 50 por ciento del escurrimiento.
Explicó que la mayor parte del agua que consume la población en México proviene de fuentes tales como ríos, arroyos, presas y acuíferos del subsuelo, mismos que se recargan de forma natural en época de lluvias; sin embargo este periodo en gran parte del país tiene una duración promedio de cuatro meses, lo que propicia una escasa captación
Aunada a que del total del agua captada por este medio, aproximadamente 70 por ciento se evapora y a los crecientes procesos de contaminación, representan fuertes riesgos para la explotación, distribución y aprovechamiento de este vital líquido.
Esto genera una problemática de agua derivado de la desproporción que existe entre la cantidad de agua que se capta por escurrimiento y las extensiones territoriales destinadas a captar este valioso recurso, representado por las zonas boscosas y naturales; “La riqueza natural de México, se traduce también en diferencias territoriales, sociales y económicas importantes que son en ocasiones desfavorables, pero en otras pueden ser consideradas como aspectos estratégicos de desarrollo” declaró.
Las zonas de recuperación naturales, dijo, son infraestructura hidráulica que se encuentra destinada a la protección de la población, generación de áreas productivas, además de aprovecharlas como escurrimiento para la generación de servicios como la energía eléctrica vía presas.
Por lo que es necesario que México generé como parte de las acciones encaminadas a atender esta problemática, la necesidad de construcción de infraestructura hidráulica que permita satisfacer de agua a las distintas regiones del país.
Detalló que solo una parte ínfima del agua de lluvia es utilizada. De acuerdo al especialista, se podría reducir el rezago en abastecimiento de agua en el país si se aprovecharan los métodos de captación y gestión del agua de lluvia.
Pues si se aprovechara el 3% de la lluvia que cae cada año en el país, alcanzaría para suministrar de agua no potable para usos como limpieza o sanitarios a 13 millones de personas, para que 50 millones de animales pudieran beber o para regar 18 millones de hectáreas de cultivo.
