CIUDAD DE MÉXICO, 29 de enero.- El problema del desabasto de agua en el país es considerado uno de los riesgos y amenazas para la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que desde 2006 realiza encuestas de opinión pública para conocer las percepciones sociales sobre el agua.
Desde el inicio del sexenio se había advertido sobre la complejidad y los efectos del cambio climático en el país, considerando un mayor número de afectaciones por los fenómenos meteorológicos, entre ellos la sequía, de ahí que el Plan Nacional de Protección Civil, sugiere que se puede ver vulnerada la seguridad nacional.
“Los posibles efectos del cambio climático podrían agudizar y potenciar los factores de riesgo naturales y sociales, lo cual hace imperativo un nuevo enfoque de los riesgos asociados a la seguridad nacional”, señaló el documento.
Por este motivo el Cisen elaboró el ejercicio estadístico denominado “Percepciones Sociales en Torno al Agua”, aplicado en noviembre 23 y 24 de 2006, vía telefónica a 700 personas mayores de 18 años y cuyos resultados se emplearon para la elaboración de la Agenda Nacional de Riesgos.
Del documento, obtenido a través de una solicitud de información, se desprende que 72.2% de los encuestados consideró que en el mediano plazo; es decir diez años, México no tendrá suficiente agua para satisfacer las necesidades del consumo de los habitantes, mientras que en el largo plazo, es decir 30 años, 73.1% señaló que no habrá agua suficiente para el consumo humano.
De acuerdo con las conclusiones de la encuesta, elaborada por la Coordinación de Estudios de Opinión del Cisen, que depende de la Secretaría de Gobernación (Segob), las medidas adoptadas para el cuidado y ahorro del agua, por parte del gobierno federal, no han sido eficaces, según la percepción de 56% de los entrevistados, contra 31.5% que consideran que han sido oportunas y han permitido ahorrar agua.
Mientras 61.1% señaló que la Comisión Nacional de Agua (Conagua) necesita de una reestructuración profunda e inmediata, a pesar de que 59.7% calificó la labor del organismo de buena.
La privatización
Al ser cuestionados sobre la posibilidad de que el servicio de agua potable sea privatizado, 61% se mostró en contra, mientras que 22.2% si estaría de acuerdo, y poco más de 20% no supo o no respondió.
Entre las principales causas para que el agua no sea administrada por la iniciativa privada se dieron los siguientes motivos: aumentaría el costo del agua (18.1%); habría menos agua (5.9%); se perjudicaría a los más pobres (3.8%); es obligación del gobierno administrar el servicio de agua (3.7%); los beneficiados serían quienes la privatizarían (3.4%); no es necesario (3.2%); el agua es un recurso natural del país (3.2%); la situación empeoraría (3.1%); no se administraría adecuadamente (1%) y el servicio podría ser administrado por extranjeros (0.7%).
Los entrevistados que estarían en favor de la privatización, argumentaron: que se cuidaría más el agua (4.5%); habría un mejor servicio (4.5%); la administración sería mejor (2.7%); habría más recursos económicos (2.4%); no escasearía (0.9%); habría más competencia (0.7%); se controlarían más las fugas de agua (0.6%); se beneficiaría más a México (0.6%) y el gobierno no sabe administrar el servicio (0.6%).
También preguntó cuáles son los principales problemas que enfrenta la población con respecto del suministro de agua potable, a lo que respondieron lo siguiente: cortan el suministro (23.6%); el agua no es potable (4.2%); sale de la llave con baja presión (3.3%); el agua está sucia (3.1%); las tuberías están en mal estado (2.1%) y no hay suficiente agua (1.1%).
