A pesar de que las regiones centro, norte y noroeste del país concentran a siete de cada 10 habitantes de la República, y de que generan 87 por ciento del Producto Interno Bruto del país, estas zonas son las que menor disponibilidad natural de agua tienen, lo que se traduce en mayores recursos orientados a la distribución del vital líquido, según información de la Comisión Nacional del Agua.
Los datos son retomados por el libro “Diagnóstico del Agua en las Américas” (Foro Consultivo, Científico y Tecnológico, 2012), el cual muestra una radiografía del uso y aprovechamiento del recurso a nivel continental, donde México destaca por los contrastes de suministro debido a sus características geográficas, climatológicas y de contaminación.
La sección referente a México fue coordinada por María Luisa Terragrosa, del Flacso, quien retomó importantes datos para acentuar las acciones necesarias en el mejoramiento del uso, tratamiento y distribución del recurso.
Un ejemplo es el caso de las aguas residuales generadas, que además de recibir un tratamiento ineficiente, sólo 40 por ciento de los vertidos lo reciben, acarreando contaminación a otros cuerpos de agua debido a la filtración.
Se estima que en la actualidad existen 17 acuíferos afectados por problema de contaminación, y uno de los de mayor riesgo a la salud es la concentración de sustancias como arsénico y flúor. Además, se han encontrado otros cuerpos de agua contaminados con hierro y manganeso, que si bien no son tóxicos, al propiciar coloración al líquido dificultan las posibilidades de uso.
De acuerdo con la publicación, las principales causas de contaminación del agua en México ocurren por la basura arrojada al sistema de alcantarillado, ríos, y lagos, así como las descargas de los centros urbanos, las industrias y las áreas agrícolas.