Mariana León y Rafael Montes
José Luis Luege Tamargo, director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), aseguró que el suministro del Sistema Cutzamala está libre de geosmina, sustancia generada por la presencia de microalgas en la presa Valle de Bravo.
La sustancia que ocasionaba mal olor en la cuenca fue retirada con “técnicas especiales” que incluyeron quitar las algas manualmente y el uso de carbón activado.
El problema, que fue provocado por las descargas ilegales y el aumento de la temperatura, derivó en que a principios de julio más de 40 expertos realizarán 58 inspecciones para detectar faltas a la Ley de Aguas Nacionales.
Durante estas revisiones se suspendieron las actividades de dos rastros y un hotel cuyos desechos desembocaban en la presa. También se clausuraron otros seis por invasión a zona federal, entre ellos el Club de Vela La Peña.
El responsable de Conagua anunció que debido a la mejoría en la calidad de la cuenca se abrirá el sector oriente del embalse a la navegación de las lanchas de motor en un horario de 10 a 17 horas.
Los servicios habían sido suspendidos por la presencia del microalga por la misma Comisión del Agua.
Sobre el almacenamiento del sistema, se explicó que debido a las recientes lluvias, la presa Valle de Bravo está a 63% de su capacidad.
Buscan reforestar
Miguel Angel Vázquez, director general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, especificó que se mantienen las restricciones a las actividades acuáticas como el esquí y la natación, pero se permitirá la navegación con remos y veleros.
Luege Tamargo adelantó que la Conagua convocará a las autoridades estatales y municipales para crear un programa integral que permita que en cinco años se reforeste la zona federal invadida, además se controlen las construcciones y la navegación.
El problema fue detectado a mediados del mes de junio, cuando vecinos de diversas colonias del Estado de México y de al menos 10 delegaciones externaron sus quejas.
Organismos de agua locales analizaron el líquido durante las semanas posteriores a las quejas y determinaron que la calidad era buena, a pesar del olor, el cual, dijeron, no era muestra de riesgo.