El agua, elemento esencial para la vida y la cultura, se enfrenta por la desinformación e indiferencia a graves problemas de contaminación, uso y abasto. Pocos han tomado la iniciativa de hacer algo al respecto, independientemente de las instituciones gubernamentales. La conciencia de que la situación del líquido atañe a todos es poco asumida mientras sequías, inundaciones y enfermedades victimizan a la población. Teniendo presentes estas preocupaciones, un grupo de ciudadanos se organizaron en 2003 para crear el Foro Oaxaqueño del Agua (FOA).

 Surgido a partir de la revista Aguaxaca y del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca (INSO), el FOA es una agrupación de información, consulta, planeación y concertación, cuyo objetivo es cuidar y rescatar el agua y su ciclo en los Valles Centrales, involucrando a sus habitantes. En días pasados celebró en Santo Domingo Barrio Bajo, Etla, su asamblea número 33, la más reciente de una serie de reuniones realizadas en intervalos de tres o cuatro meses en comunidades anfitrionas. Abiertas a todo público, reciben un promedio de 70 participantes en cada sesión.

 Entre instancias de los tres niveles de gobierno, asociaciones civiles, de investigación, centros educativos, medios de comunicación y ciudadanos, las asambleas itinerantes dan voz a todos. La dinámica es sencilla. En cada reunión se tratan temas de interés para la comunidad sede y los Valles Centrales, se da información y seguimiento de acuerdos y proyectos anteriores, y se abre un foro para denuncias y propuestas, de donde surgen compromisos para el futuro. Por ejemplo, en la última edición se habló sobre los riesgos del nuevo acueducto San Agustín Etla-Pueblo Nuevo-Tecnológico.

 Uno de los proyectos más importantes por el seguimiento proporcionado es Un plan común para un bien común. Tiene como propósito realizar acciones sociales para rescatar la cuenca del río Verde-Atoyac, afluente de vital importancia por su tamaño y beneficios. Para fortuna de los oaxaqueños, las gestiones del FOA han dotado a esta iniciativa de importantes apoyos económicos y logísticos, como los del INSO, la Fundación Gonzalo Río Arronte, la alianza WWF-Fundación Carlos Slim, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), el gobierno del estado y el municipio capitalino.

 Este y otros proyectos del FOA tienen basamento en los Diez puntos para una política del agua. El decálogo surgido en el seno de las asambleas, constituye una serie de reglas para asegurar una mejor calidad de vida tomando en cuenta los ciclos naturales. Haciendo caso a los mismos principios, han surgido dos centros demostrativos que apoyan las enseñanzas de la asociación: El pedregal, en San Andrés Huayápam; y La mesita, en San Pablo Etla. La captación de agua de lluvia, saneamiento seco y producción sustentable de alimentos son enseñados ahí. De los mismos temas, se imparten talleres comunitarios.

 El actual gobierno ha mostrado gran apertura. Así lo demuestra la presencia de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Instituto Estatal de Ecología y Desarrollo Sustentable y la Adosapaco en algunas de las asambleas. No sólo se han acercado instancias oficiales, sino también civiles que han llevado los aprendizajes a sus lugares de origen, como un grupo de señoras de la colonia Víctor Bravo Ahuja quienes captan agua de lluvia, y Flor de durazno diamante, con cultivos sustentables en la cordillera norte.

 Con la intención de seguir adelante con los proyectos y las hasta ahora ininterrumpidas asambleas, el FOA invita a los oaxaqueños a sumarse, o en su defecto, a llevar a cabo pequeñas acciones que tanto necesita el estado y el planeta para su y nuestra salvación.