Habitantes del Pomoca Bicentenario acusan que el líquido no sirve ni para lavar pisos y les causa infección.

A más de dos años que llegaron los primeros habitantes y luego de dos meses en que arreciaron las protestas por la mala calidad y suciedad en el agua que suministra el fraccionamiento Pomoca–Bicentenario, éstos ya se organizaron para pedir ante diversas instancias su intervención para solucionar este problema que ya se convirtió en un tema de salud pública.

El fraccionamiento, situado en los límites de Cárdenas y Huimanguillo, en la zona conocida como Río Seco y Montaña, -perteneciente a Huimanguillo- cuenta con un pozo para el abasto de agua, pero esta instalación carece de un sistema de potabilización del agua, la cual es suministrada a las familias con olor putrefacto, un color parecido al agua de tamarindo y con altas concentraciones de sedimentos, lo que ha provocado que decenas de niños y personas en general ya presenten infecciones en la piel.

¿Servicios de calidad? Ernesto Domínguez Hernández y José Ramón Torres Balcázar, en representación de los vecinos afectados recordaron que desde hace varias semanas han solicitado en forma cordial a los representantes del grupo fraccionador que arreglen el problema, ya que cuando les vendieron las casas por medio de Infonavit, les prometieron servicios de calidad.

Pero la realidad ha sido otra con diversos problemas como bretaduras en paredes de las casas, puertas de mala calidad y mohosas, cortos circuitos en instalaciones eléctricas pero en sin duda el agua sucia que les dan para uso diario, lo que más les preocupa arreglar, por lo que no solo lo han denunciado públicamente sino que ya acudieron a los ayuntamientos de Cárdenas y Huimanguillo; a las jurisdicciones sanitarias de ambos municipios, así como al CEAS estatal, ya que los representantes de Pomoca Bicentenario quieren evadir el problema responsabilizando al CEAS.

Construyen sobre un pantano
"Este sábado, la mayoría de los vecinos decidieron lavar sus tinacos", señaló Mercedes Olán de la Cruz– una de las inconformes- . Hallando que los tinacos, algunos con apenas dos meses de funcionamiento ya tenían una gruesa capa de sarro y lodo.

A pesar de la acción, el agua seguía saliendo amarilla, ya que el problema no son los tinacos, sino la fuente de suministro que es un pozo construido en un pantano y sin sistema de potabilización. El uso diario de esta agua, a pesar de que la filtran acaba con los recipientes, ropa, enseres y sobretodo la salud de los usuarios, finaliza la afectada.