Ante la sequía que se vive en el estado el obispo auxiliar Enrique Sánchez Martínez exhortó a tomar conciencia del cuidado que se debe tener por el agua.
Las reservas del agua son limitadas y, según cálculos especializados desde hace años, se viene advirtiendo a la población mundial que tales reservas alcanzan para unos cincuenta años aproximadamente", citó.
Asimismo, expuso que el agua es considerada en la Sagrada Escritura como un símbolo de purificación y de vida. Es imprescindible para la supervivencia y, por lo tanto, un derecho de todos.
"La utilización del agua y de los servicios a ella vinculados debe estar orientada a satisfacer las necesidades de todos y sobre todo de las personas que viven en la pobreza. El acceso limitado al agua potable repercute sobre el bienestar de un número enorme de personas y es con frecuencia causa de enfermedades, sufrimientos, conflictos, pobreza e incluso de muerte", advirtió.
Agregó que el agua no puede ser tratada como una mercancía más y su uso debe ser racional y solidario. Su distribución forma parte de las responsabilidades de los entes públicos (autoridades, gobierno), porque el agua ha sido considerada siempre como un bien público, una característica que debe mantenerse, aun cuando la gestión fuese confiada al sector privado.