La Cuenca Golfo Norte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) recomendó a los productores del norte del estado reducir la superficie cultivable y también el número de cabezas en los ranchos ganaderos.

Roberto Schuldes Dávila, gerente general de la Conagua, explicó que derivado de la falta de lluvias la situación se ha complicado y se hace urgente tomar medidas que lleven a utilizar menos agua de los depósitos que se ubican en los municipios del norte de la entidad.

Explicó que el estiaje más severo vivido en los últimos años les obligará a todos los usuarios del agua a hacer un uso eficiente, pero sobre todo a disminuir sus tomas, porque de lo contrario afectaría hasta para el consumo humano.

“No nada más se complica, sino se agudiza la problemática… todo mundo, en la agricultura y la ganadería y hay que tomar precauciones y reducir las superficies de riego y reducir los hatos dentro de los ranchos, de los terrenos porque seguramente va a haber una consecuencia; yo creo que debe hacerse un uso más adecuado en el tema del agua, pero además en el uso pecuario, en el uso industrial, y creo que esto nos va a obligar a todos a ser más responsables en el uso del agua”, argumentó.

Reveló que la zona sur de la entidad se encuentra hasta cierto punto en condiciones diferentes de las que padecen los productores del norte. En la región alta de Tamaulipas las presas se encuentran en este momento en niveles muy bajos y que por su condición podrían agotar aun más su recurso en los próximos meses.

“Las presas en el centro y en el sur están en niveles óptimos; los ciclos otoño-invierno están garantizados, el primavera-verano del año que entra también, el abastecimiento de agua a la población no tiene ningún problema en el centro y en el sur, pero en la zona norte sí, va a haber alguna problemática: la presa El Cuchillo, la Marte R. Gómez, la presa Falcón, sus niveles están muy bajos y van a tener que empezar a reducir las extracciones”, dijo.

Schuldes Dávila mencionó que las posibilidades de lluvia también están agotadas en la primera parte del próximo invierno, de manera que no hay esperanzas cercanas de humedad que anime a la producción agrícola y ganadera.