Arturo Estrada
Al menos 10 ejidos se quedarían sin agua para sus parcelas, en caso de entubar el líquido que emana de la tratadora.
Saltillo.- Aunque legalmente toda el agua que sanea la Planta Tratadora principal, ubicada en Ramos Arizpe, pertenece al Municipio de Saltillo, de vender todo el líquido condenaría a la extinción a por lo menos 10 ejidos ubicados aguas abajo.
La especialista en temas hidráulicos e integrante de la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo AUAS, Gloria Tobón Echeverri, advirtió que no se puede reducir drásticamente el caudal del arroyo La Encantada sin perjudicar a los habitantes de los ejidos Mesón del Norte, Zertuche, Higo, Mesillas, Hierbabuena, Mesita de León, San Francisco de Paredón, Paredón, Lomita Blanca y San Rafael.
Los ejidatarios ramosaizpenses sustraen el agua del arroyo para el riego de sus parcelas de sorgo, soya y maíz forrajero, además para el desarrollo ganadero.
Cabe advertir que una vez que el agua que produce la PTAR toca el arroyo, se convierte en un bien federal, y es por ello que los ejidatarios cuentan con permisos de la Comisión Nacional del Agua para hacer uso del líquido por allí corre, pero, si el Municipio entuba el agua mediante una o más línea moradas, no habría nadie que lo pudiera impedir, pues se trata de propiedad municipal.
“Se está haciendo un estudio para ver cuántas personas viven de esa agua”, dijo; “tan sólo los agricultores del Mesón del Norte reciben 80 litros por segundo para sus actividades”.
Consideró que se debe desarrollar un plan de uso de aguas tratadas y un reglamento, buscar un consenso con todos los usuarios.
“El Municipio tiene derecho de vender su agua, pero también los campesinos tienen una necesidad y un derecho a la agua de La Encantada”, agregó.
La especialista en temas hidráulicos e integrante de la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo AUAS, Gloria Tobón Echeverri, advirtió que no se puede reducir drásticamente el caudal del arroyo La Encantada sin perjudicar a los habitantes de los ejidos Mesón del Norte, Zertuche, Higo, Mesillas, Hierbabuena, Mesita de León, San Francisco de Paredón, Paredón, Lomita Blanca y San Rafael.
Los ejidatarios ramosaizpenses sustraen el agua del arroyo para el riego de sus parcelas de sorgo, soya y maíz forrajero, además para el desarrollo ganadero.
Cabe advertir que una vez que el agua que produce la PTAR toca el arroyo, se convierte en un bien federal, y es por ello que los ejidatarios cuentan con permisos de la Comisión Nacional del Agua para hacer uso del líquido por allí corre, pero, si el Municipio entuba el agua mediante una o más línea moradas, no habría nadie que lo pudiera impedir, pues se trata de propiedad municipal.
“Se está haciendo un estudio para ver cuántas personas viven de esa agua”, dijo; “tan sólo los agricultores del Mesón del Norte reciben 80 litros por segundo para sus actividades”.
Consideró que se debe desarrollar un plan de uso de aguas tratadas y un reglamento, buscar un consenso con todos los usuarios.
“El Municipio tiene derecho de vender su agua, pero también los campesinos tienen una necesidad y un derecho a la agua de La Encantada”, agregó.