Nuevo Laredo.- En zonas ejidales que se encuentran a las afueras de la ciudad, algunos productores han dejado de sembrar ya que se necesita un proyecto de riego que cuesta aproximadamente 40 millones de pesos que comprenden 50 hectáreas.

“La incertidumbre nos obliga a no invertir dinero para la siembra, por lo que preferimos seguir como ganaderos”, expresó Alejandro López Robles, dirigente del comité directivo campesino, afiliado a la CNC.

El padrón de ganado con que contaba el sector social, que era de unas 8 mil cabezas, en estos momentos solo cuenta con la mitad, debido a que el gasto para mantenerlos alimentados es mucho, por lo que se vendió o sacrificó. El padrón de ejidatarios con que cuenta la organización campesina, es de aproximadamente 600, pero solo 120 cuenta con ganado, que pastorea en ejidos ajenos que son rentados para esos fines, porque no todos tienen la capacidad económica para tener ganado.

Para los campesinos, la escasa lluvia que ha caído no ha servido para humedecer el campo para la siembra, pero debido a que la mayoría de los 16 ejidos se utilizan para el pastoreo del ganado, dijo López Robles, comentó que el campo está muy afectado por una sequía de dos años, y que los productores más beneficiados son los que tienen pradera de pastoreo, el resto simplemente no se benefició con las escasas lluvias.

Recordó el campesino que desde hace varios años, cuando la Comisión Nacional del Agua (CNA) decidió suspender el agua del río Bravo para el riego en la zona de Nuevo Laredo y ciudad Guerrero, debido a una extensa sequía de casi 7 años, los sistemas y equipos de bombeo se deterioraron por la falta de uso.

“Para este tiempo ya es incosteable volver a meter el bombeo, porque se mezquitaron los ejidos, por lo que fue mejor hacer el cambio de la agricultura a la ganadería, y las áreas de siembra fueron convertidas en praderas”, expresó.

Por tal razón, ahora, con la escases de agua para el campo, es más productivo para los campesinos producir carne con base en la engorda de ganado en las praderas, que sembrar granos u hortalizas, como antes se acostumbraba.