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Noticias UNAM - Enero 2012


26 de enero de 2012

Analizan contaminantes acumulados en el Gran Caribe

PATRICIA LÓPEZ

Participan especialistas de 12 países latinoamericanos, encabezados por Ana Carolina Ruiz, de Ciencias del Mar y Limnología

Metales pesados como mercurio, arsénico y plomo han sido identificados en sedimentos de la zona costera del Gran Caribe, mediante un estudio regional en el que participan especialistas de 12 países latinoamericanos, encabezados por Ana Carolina Ruiz Fernández, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.

El análisis de metales e hidrocarburos tóxicos se basa en la recolección de sedimentos costeros que se han acumulado a menos de 50 metros de profundidad. Se trata de la primera investigación de este tipo que se hace de manera colectiva en la zona.

Cabe señalar también que tiene el financiamiento del Departamento de Cooperación Técnica del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la colaboración de especialistas de México, Guatemala, Nicaragua, Cuba, República Dominicana, Haití, Honduras, Jamaica, Costa Rica, Panamá, Colombia y Venezuela, explicó la científica en entrevista, desde la sede Mazatlán de la mencionada entidad académica.

“Con el proyecto, en el Gran Caribe (que abarca el Mar Caribe propiamente dicho y el Golfo de México) hay ahora la capacidad técnica y el equipamiento provisto por el OIEA para hacer evaluaciones de tendencias temporales de contaminación, tanto para metales pesados como para hidrocarburos, con el uso de técnicas nucleares, como el método de fechado que utiliza al isótopo radiactivo plomo-210 (210Pb), que permite establecer la geocronología de sedimentos marinos y evaluar cómo se han desarrollado las tendencias de la contaminación en los últimos cien ó 150 años”, abundó la investigadora.

Los isótopos son átomos de un mismo elemento, químicamente indistinguibles, que tienen igual cantidad de protones y electrones, aunque diferente número de neutrones, con lo que varía su masa. Entre otros usos, sirven como marcadores de reacciones químicas, pero los radiactivos son utilizados de forma amplia como cronómetros, para determinar la edad de rocas, fósiles y sedimentos, con lo que es posible estudiar procesos ambientales en distintos periodos geológicos de la Tierra.

Un vistazo al pasado
Ruiz Fernández remarcó que, con un solo muestreo en cada sitio analizado, fue posible determinar cómo han evolucionado las tendencias de la contamina- PATRICIA LÓPEZ Analizan contaminantes acumulados en el Gran Caribe Participan especialistas de 12 países latinoamericanos, encabezados por Ana Carolina Ruiz, de Ciencias del Mar y Limnología ción (o cualquier otro tipo de cambios ambientales) en las áreas costeras en los últimos cien ó 150 años, con el uso de plomo-210.

“Lo hicimos en tres diferentes puntos de cada bahía elegida por las 12 naciones participantes. Cada una escogió cuál era su prioridad y el sitio más contaminado o asociado a procesos productivos de relevancia económica, como la pesca. Se obtuvieron nueve muestras en cada bahía”, detalló.

Se realizaron desde barcos, con la utilización de nucleadores de gravedad, que son instrumentos constituidos básicamente por un tubo de PVC transparente que, al ser lanzados desde las embarcaciones, se encajan en el fondo del mar y los sedimentos quedan retenidos en el interior.

Al recuperar el nucleador en la superficie, los sedimentos permanecen acomodados en capas ordenadas, del mismo modo que se encontraban dentro del mar. “Los nucleadores que empleamos son de un metro de largo, suficiente para recolectar los sedimentos acumulados desde hace un siglo hasta siglo y medio, que corresponden a la época en que empezó la contaminación por metales pesados a causa de la actividad humana, la industrialización y el uso de hidrocarburos”, comentó.

La actividad antropogénica queda registrada en las capas debido a que los contaminantes, como los metales pesados y los hidrocarburos, tienden a adherirse fuertemente a las partículas sedimentarias. “La tasa de acumulación reciente en la zona costera es típicamente de unos tres milímetros por año; de esta forma, cien años se encuentran registrados en los primeros 30 centímetros de la columna sedimentaria. Por ello no requerimos más de un metro de profundidad para el análisis de las tendencias de contaminación”, aclaró.

Las muestras se llevaron a laboratorios (unos universitarios y otros gubernamentales) de los 12 países y cada uno efectuó parte de su estudio (lo que facilitó las intercomparaciones de algunos resultados), y en el caso de los análisis de plomo- 210, México prestó asistencia y analizó las que llegaron procedentes de Guatemala, Colombia, Panamá y Venezuela.

Trabajo en Coatzacoalcos
Desde el buque Justo Sierra de la UNAM, Ruiz Fernández y sus colaboradores realizaron la tarea en la desembocadura del río Coatzacoalcos, Veracruz, elegida como zona de estudio por contener contaminación petrolera.

“Encontramos sorpresivamente que están bastante bien en comparación con otros territorios de la región. Supuse que hallaríamos concentraciones muy altas tanto de metales como de hidrocarburos, debido al intensivo trabajo petrolero; sin embargo, no fue así”, dijo.

Los investigadores obtuvieron muestras sobre el lecho del río Coatzacoalcos y descubrieron que las concentraciones de metales pesados e hidrocarburos son similares a todo lo largo y hasta la desembocadura.

“Esto significa que, excepto en el momento que han tenido problemas de derrames petroleros, la capacidad de dilución del cuerpo de agua es importante”, destacó. La universitaria consideró posible que, por su capacidad de arrastre, el río lleve los contaminantes a otra región no analizada. “Se necesita una investigación más exhaustiva para saber hasta dónde llegan las concentraciones”, indicó.

Asimismo, reconoció que los contaminantes migran, y que el estudio se realizó en la desembocadura del Coatzacoalcos, a unos 60 kilómetros de la costa. “Obtuvimos los núcleos a 25 ó 30 metros de profundidad de la columna de agua. Es posible que lo que no encontramos aquí se haya depositado en otro lado”, apuntó.

No obstante, se hizo evidente que, a partir de la década de los 80, cuando en el primer año iniciaron las funciones de los complejos petroquímicos Morelos y Pajaritos, hubo un cambio en el tipo de sedimento que llegaba normalmente a esta área. “Hasta 1980 los había típicamente marinos; no obstante, a partir de entonces se dio un mayor aporte de material terrígeno y aumento en las concentraciones de arsénico, mercurio y plomo”.

El incremento de sustancias tóxicas va de ligero a intermedio, y se caracteriza por la llegada de material de agua dulce. “En el área que era totalmente marina comienza a haber presencia terrestre y un notable cambio por la modificación en el uso del suelo, por la intensificación de actividad petroquímica”, expuso. Asimismo, sostuvo que los problemas más grandes de enriquecimiento por mercurio están en Cuba, Colombia y Haití.

“En los primeros dos países, se sabe que este metal proviene de plantas de producción de cloro alcalino, que lo emplean y han tenido derrames o mal manejo de los recursos. En el caso de Haití, aún investigamos el origen de este enriquecimiento.

“En México, la polución por mercurio es de ligera a media. Otros indicadores importantes son arsénico, que en Coatzacoalcos es ligero, aunque en otros países relevante, como la Bahía de Cienfuegos en Cuba, donde ha habido derrames de una planta procesadora y hay altos niveles, que han ocasionado una gran mortandad de peces.”

Al frente del grupo regional, Ruiz Fernández presentó recientemente los resultados del proyecto en Viena, durante el foro El Agua Importa, y la Conferencia General 2011 del OIEA.

“México ha sido precursor desde que iniciamos este tipo de estudios, en el año 2000, en la sede Mazatlán del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología. Antes, fui invitada como experta del OIEA para asesorar al resto de las naciones en el Caribe, en la implementación de estas técnicas de geoquímica isotópica y geocronología”, relató.

El proyecto permite a la especialista diseminar en 11 países el conocimiento que desarrolló en la UNAM.

 


Recolección de sedimentos en el Justo Sierra.

Fuente:
PATRICIA LÓPEZ, 26 de enero de 2012, Analizan contaminantes acumulados en el Gran Caribe. Gaceta UNAM
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