Inicio > Noticias > Noticias UNAM > Octubre 2012 > Línea de investigación en Juriquilla sobre tsunamis

Noticias UNAM - Octubre 2012


1 de Octubre de 2012

Línea de investigación en Juriquilla sobre tsunamis

Fernando Guzmán

El Pacífico mexicano, propenso a sufrir los efectos de maremotos vecinos o lejanos

Las costas de México son susceptibles de sufrir tsunamis generados por maremotos que ocurran, por ejemplo, en Centroamérica, e incluso del otro lado del océano Pacífico.

El terremoto más fuerte que se conoce en la historia documentada de la sismología es el que sucedió en Chile en 1960. Con una magnitud de 9.5 en la escala de Richter, generó un tsunami muy fuerte, parecido al de 2004 en Indonesia.

“Se propagó a lo largo de las costas del océano Pacífico, hasta nuestro país. Causó daños en California, pero principalmente en Hawai: una serie de olas devastó la ciudad de Hilo y mató a muchas personas”, recordó Carlos Mendoza, del Centro de Geociencias, campus Juriquilla, una de cuyas líneas de estudio es la generación y el monitoreo de tsunamis.

A raíz de ese desastre se creó el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (Pacific Tsunami Warning Center, PTWC, por sus siglas en inglés), en Ewa Beach, Hawai, cuyo objetivo es dar información en tiempo real de la ocurrencia de terremotos y de la amplitud de las olas marinas que generan para reducir el impacto de tsunamis.

El PTWC dispone de instrumentos que miden el nivel del mar, así como de personal que emite una alerta en diferentes niveles. En el primero señala la posibilidad de que se haya producido un tsunami. “Los especialistas de este centro no dicen: se generó uno. Cuando observan que esto sí ha ocurrido, cambian a un segundo nivel: dan una alerta”, apuntó Mendoza.

Cuestión de minutos

En caso de que un sismo genere un tsunami, las olas de éste llegan muy rápido, en minutos, a la costa más cercana de donde se dio aquél.

“En mar abierto se propagan a 700 kilómetros por hora, aunque con una amplitud muy pequeña. Ahora bien, cuando llegan a la costa, luego de un recorrido de 18, 20 ó 24 horas, dependiendo de la lejanía de ésta, su velocidad disminuye y su amplitud se incrementa para conservar la energía; entonces sí pueden ser destructivas, a pesar de haberse desplazado miles de kilómetros”, dijo Mendoza.

Sismogramas

¿Qué pasa con un temblor suficientemente fuerte? ¿Qué sucede cuando las dos placas tectónicas que hay en el océano Pacifico se deslizan y entran en contacto?

Para entender cómo se comportan estas placas, Mendoza estudia los sismogramas o registros de las formas de las ondas sísmicas que los sismógrafos registran en el mundo. “Al revisarlos y analizarlos de manera invertida, el sismólogo trata de entender qué pasó. En aquéllos, la fuente del movimiento, que comúnmente se muestra como un puntito en mapas de sismicidad, realmente es una falla que se desliza; tiene dimensiones de ruptura y cantidades de ruptura heterogéneas”, indicó el investigador.

Estudiar esto tiene relación con los tsunamis, ya que el patrón de ruptura en una falla afecta la deformación del fondo del mar y, por consecuencia, el surgimiento de un tsunami.

“Conocer la fuente misma de un sismo es importante para saber no sólo cómo se deforma el fondo del mar y se generan los tsunamis, sino también cómo se produce y se desliza una falla, qué características tiene este recorrido. Además, en la zona de subducción, la fuente de un sismo permite identificar localidades donde se puede generar un terremoto de ciertas características”, informó Mendoza.

Gracias a la información que contienen los sismogramas, es posible simular el movimiento que puede ocurrir localmente o a distancia (por ejemplo, en la Ciudad de México), a raíz de un terremoto en Michoacán parecido al del 19 de septiembre de 1985.

Saber las propiedades de la fuente de un sismo es muy importante para tener la oportunidad de decir qué se espera que ocurra en las localidades cercanas a su epicentro, qué movimiento del suelo podría haber.

Es también clave no sólo para establecer los códigos de construcción, sino además para trazar escenarios de temblores que podrían afectar áreas de la zona de subducción de México, incluyendo Michoacán, Colima y Jalisco.

Ciencia joven

De acuerdo con Mendoza, la sismología es una ciencia muy joven, apenas con un siglo de vida (unos 40 años con instrumentos estandarizados y los últimos 20 con herramientas digitales de alta calidad), por lo que en realidad son pocos los conocimientos que se tienen sobre el tema que trata.

“Falta estudiar más la física de la fuente misma de un sismo: cómo se comportan las zonas de interplacas en la costa de México y generan terremotos muy fuertes, qué dimensiones tienen y cuáles son sus propiedades… No se trata de predecir terremotos ni tsunamis, sino de saber que hay la probabilidad de que ocurran y estar preparados para afrontarlos.

 



Se trata de saber la probabilidad de que ocurran y estar preparados para afrontarlos.

 

Fuente:
Fernando Guzmán, 1 de octubre de 2012, Línea de investigación en Juriquilla sobre tsunamis. Gaceta UNAM.
Más información




Subir

 

Regresar a Noticias UNAM - Octubre 2012

Regresar a la página principal II Regresar a Noticias


 

Hecho en México, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), todos los derechos reservados 2010. Esta página puede ser reproducida con fines no lucrativos,
siempre y cuando no se mutile, se cite la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma requiere permiso previo por escrito de la institución.
Sitio web administrado por: Coordinación Técnica de la Red del Agua UNAM. mdominguezm@iingen.unam.mx
Créditos ll Última actualización:
Visitas