Tiene una capacidad de 25 litros por segundo, con los que se riegan 50 hectáreas de zonas verdes en el campus

La planta para tratamiento de aguas residuales Cerro del Agua, de Ciudad Universitaria, construida en 1982, hoy cuenta con la tecnología más moderna.

Ante la necesidad de aumentar el caudal tratado, la Dirección General de Obras y Conservación (DGOC) se apoyó en la Coordinación de Ingeniería Ambiental del Instituto de Ingeniería para hacer la propuesta orientada a su mejoramiento y dar seguimiento a la ejecución del proyecto.

La opción seleccionada fue la última tecnología: un sistema con membranas sumergidas, que ocupan menor área al no requerir sedimentación y se produce un efluente de mejor calidad. Se eligió uno de placas planas rotatorias (membranas de polietersulfona con tamaño nominal de poro 38 nm). En 2010 se hicieron los trabajos de acondicionamiento y equipamiento, y en febrero de 2011 reinició operaciones.

Recorrido

En un recorrido por el sitio, realizado por el rector José Narro Robles, el director del Instituto de Ingeniería, Adalberto Noyola, explicó que se cuenta con una capacidad de 25 litros por segundo, con los que se riegan 50 hectáreas de áreas verdes en el campus.

Al día se generan dos mil metros cúbicos del recurso, equivalentes a dos millones de litros. Además, su calidad supera la norma para agua residual tratada de reúso (NOM- 003-SEMARNAT-1997), en el momento que se tiene contacto directo con el público.

Noyola recordó que en sus orígenes la planta estuvo diseñada para tratar 40 litros por segundo; sin embargo, nunca logró ese rendimiento debido a los sistemas utilizados, como el de lodo activado, ahora en desuso.

Produce agua las 24 horas del día, aunque en las noches disminuye el caudal. No obstante, el campus requiere aún más líquido para el riego de áreas verdes. Además, ya no usa sedimentadores ni filtros; actualmente se trabaja en un espacio más reducido, cubierto, sin producir ruidos y con confiabilidad.

Ana Cecilia Espinosa García, técnica académica del Instituto de Ecología, dijo que con el nuevo sistema se incrementó la capacidad de remoción de, por ejemplo, microorganismos indicadores de contaminación fecal.

Ahora, en algunas bacterias la capacidad de remoción es de nueve unidades logarítmicas (millones de millones), “lo que es muy alto para las plantas de tratamiento de aguas domésticas”; ése es el caso de coliformes, que ya no existen en el líquido tratado.

El agua residual que se capta del casco viejo de Ciudad Universitaria y que contiene principalmente materia orgánica, entra con 2.2 x 109 organismos, y sale con “cero”. Además, la UNAM va más allá de los parámetros establecidos en la norma, por lo que ya se analizan otros microorganismos.

Captación de líquido pluvial

Con Juan Hilario García Gil, superintendente de la Planta de Tratamiento, y Fernando González Villarreal, coordinador de la Red del Agua UNAM, Narro Robles conoció otros proyectos, como el de captación del líquido pluvial.

El rector fue informado que en todos los edificios nuevos se infiltra, y con ese recurso, sumado a lo que se recarga en la Reserva Ecológica, además de lo que se ahorra en consumo, Ciudad Universitaria está por alcanzar un equilibrio entre lo que se extrae y lo que se infiltra. Además, la DGOC ha construido pozos de absorción para la captación del líquido de lluvia en áreas grandes, como estacionamientos.

La directora de Obras y Conservación, Ana de Gortari, señaló que como parte del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua (Pumagua), se hizo una encuesta que indicó que la comunidad estudiantil gasta unos 800 mil pesos diarios en la compra de botellas de agua. La meta, próxima a cumplirse, es que los jóvenes puedan tomar con toda confianza la de las llaves del campus.