La Paz, Un grupo de expertos bolivianos y foráneos estudiarán las aguas del manantial del Silala, en la frontera con Chile, con el objetivo de impulsar varios proyectos y fijar su soberanía, se conoció hoy aquí.

Félix González, gobernador del departamento de Potosí, en el cual se encuentran las referidas aguas, anunció la llegada de los especialistas al lugar, donde ya se inauguró un criadero de peces y se estudian otros proyectos.

"Tenemos varios proyectos concluidos y que estamos queriendo implementar a partir del segundo semestre, entre ellos la envasadora de agua para consumo humano, una central hidroeléctrica y el bombeo del agua hacia la Laguna Colorada", destacó.

Varios expertos internacionales estudiarán los depósitos subterráneos del líquido para bombear esas aguas a la Laguna Colorada y ejecutar otros proyectos, insistió el gobernador.

Al mismo tiempo, recalcó la necesidad de "hacer otro tipo de estudios que nos permitan ubicar con exactitud las aguas subterráneas y a partir de ahí ya realizar esas perforaciones para de esa manera utilizarla para los fines que convengan a los bolivianos".

Según González, con el bombeo hacia otras zonas se puede producir quinua y maca, además de construir otros criaderos de truchas, para el beneficio de la comunidad de Uyuni.

Las truchas que ya se desarrollan en las piscinas recién construidas serán comercializadas desde agosto próximo en Uyuni, a donde llegan más de 80 mil turistas al año.

También destacó González, que el proyecto para la embotelladora de agua está terminado, a un costo de 10 millones de bolivianos (un millón 400 mil dólares).

"Las aguas del Silala nos pueden servir mucho porque son más de 200 litros por segundo que salen de nuestras vertientes y por lo tanto nosotros haremos el uso que más convenga a Potosí y a nuestro país", finalizó.

Bolivia y Chile mantienen un litigio de años por el uso de los referidos manantiales, y cada uno apela a sus argumentos para defender sus posiciones.

La parte boliviana, aduce que este cauce se formó de manera artificial al juntar varias vertientes que circulaban por la cordillera y hacerlas correr por un canal con la intención de abastecer de agua a las locomotoras del ferrocarril de Arica (Chile) a Oruro (Bolivia).

Chile, por su parte, insiste en que esas aguas corren hacia su interior como fruto de una acumulación natural de manantiales provenientes del Quetena.