Estudios de la Universidad de Michigan en rocas lunares traídas por las misiones Apollo 15, 16 y 17 señalan que el agua en el satélite de la Tierra tiene el líquido desde que se formó.
Para llegar a esta conclusión, los científicos de la institución de educación superior analizaron las rocas y descubrieron numerosos rastros de agua - 6 partes por millón de agua en las rocas.
Las muestras fueron recogidas en las tierras altas de la Luna y los investigadores creen que estas zonas representan la corteza original y cristalizada de un océano de magma que el satélite poseía en sus comienzos y por eso el agua data desde ese tiempo.
Los resultados se publican en la revista Nature Geoscience y parecen contradecir la teoría predominante de la formación lunar a partir de los desechos generados durante un colosal impacto entre la Tierra y otro cuerpo planetario del tamaño de Marte.
“Estas son algunas de las rocas más antiguas de la Luna y por ello se infiere que el agua estaba allí cuando se formó”, afirma Youxue Zhang, responsable de la investigación. A su juicio, con la teoría popular de la formación de la Luna es difícil de explicar la existencia de agua en su corteza.
Si se hubiera producido el choque entre la Tierra y el objeto celeste, del que posteriormente surgiría la Luna, el material expulsado caliente debería haber sido desgasificado casi por completo, lo que elimina toda el agua, añadió Zhang.
En los últimos cinco años, las observaciones de naves espaciales y mediciones de laboratorio de nuevas muestras lunares de las misiones Apolo anularon la creencia de que la Luna está completamente seca.