La construcción del emisario afectará a una superficie de 466 metros cuadrados de posidonia.

joan frau La estación depuradora de aguas residuales que proyecta el gobierno central en una parcela rústica del municipio de Santa Margalida prevé que el vertido de las aguas recuperadas se produzca mediante un emisario submarino que, en su tramo terrestre, transcurrirá por el subsuelo del extremo occidental de la playa de Son Bauló antes de adentrarse en el mar de la Badia d´Alcúdia, zona declarada como Lugar de Interés Comunitario (LIC), y depositar finalmente el líquido tratado a 25 metros de profundidad y a una distancia de 3,5 kilómetros de la costa de Santa Margalida.

Esta y otras informaciones relacionadas con la futura depuradora aparecen en el documento inicial para la evaluación ambiental de las obras del proyecto de la citada infraestructura, que se encuentra actualmente en fase de exposición pública.

La tramitación para la construcción de la nueva depuradora empezó en el año 2004 debido a que la estación existente, situada en el ámbito de s´Albufera y compartida por los municipios de Santa Margalida y Muro, se había quedado pequeña para atender las necesidades de la población de esta zona turística del norte de la isla, principalmente durante los meses de verano. 

El documento que se exhibe en la actualidad es el resultado de las prescripciones impuestas por la comisión balear de Medio Ambiente, que en el año 2009 informó a favor tanto del proyecto de la depuradora como del emisario submarino. Las prescripciones del citado organismo estaban relacionadas con la necesidad de reducir el impacto ambiental previsto en un principio sobre las praderas de posidonia de la Badia d´Alcúdia, una zona marítima protegida e incluida en la Red Natura 2000.

Impacto ambiental

En el documento expuesto al público se destaca que el emisario submarino tendrá capacidad para verter hasta 20.320 metros cúbicos diarios de aguas depuradas al mar, en una zona rica en praderas de posidonia. 

El estudio asegura que la alternativa escogida "representa la solución más compatible ambientalmente" debido a que el vertido "se realiza en una amplia zona de fondo marino desprovista de cobertura vegetal". Sin embargo, remarca la existencia de una serie de impactos que pueden ser tanto moderados como severos en algunos casos. 

El estudio admite que la apertura de la zanja submarina y el tendido del emisario, junto a la colocación de lastres, "producen una disminución de la calidad del agua" y que el vertido de agua depurada "de por sí modifica las condiciones originales en las que se encuentra el agua marina". Estos impactos se consideran "moderados", aunque podrían producirse impactos "severos" debido a un mal funcionamiento o una avería de la depuradora, lo que conllevaría el vertido directo de aguas residuales al mar.

El emisario marino transcurrirá por más de mil metros de praderas de posidonia, por lo que "un desplazamiento afectaría directamente a los individuos de esta comunidad". Además, indica que "en caso de avería de la depuradora, el vertido de agua residual al mar sería inevitable, suponiendo una afección a la posidonia que está dentro del radio de acumulación del vertido". El impacto sería severo si esta circunstancia coincide con la rotura del emisario submarino justo en la pradera de posidonia.

A pesar de las modificaciones realizadas sobre el proyecto con el fin de reducir el impacto ambiental, el estudio contempla que la superficie de posidonia afectada por la construcción del emisario es de 466 metros cuadrados. El proyecto inicial preveía un impacto muy superior, hasta alcanzar los 4.500 metros cuadrados de superficie de alga afectada.

La decisión de apostar por la construcción de un emisario submarino para verter las aguas depuradas al mar se tomó después de barajar otras alternativas de evacuación del agua tratada. La opción de perforar pozos de infiltración profunda se descartó debido a que el agua depurada no tendrá la condición de terciaria y sólo en este caso "se garantiza un tamaño de sólido que no provoque la colmatación de los pozos". El incremento "elevadísimo" del consumo del consumo eléctrico es otro factor que descarta esta alternativa. Otra opción estudiada es la reutilización de las aguas, que no se considera viable técnicamente debido a que "es una alternativa íntimamente ligada a periodos de lluvia y a las demandas de agua".

Por ello, la alternativa seleccionada es la del emisario marítimo-terrestre porque plantea menos inconvenientes técnico-ambientales que los dos anteriores. El trazado terrestre del emisario transcurrirá por zonas rústicas y urbanas del municipio antes de adentrarse en el mar.

Por otra parte, el pleno municipal de Santa Margalida del próximo lunes debatirá la conveniencia de construir la nueva depuradora. Todo indica que el equipo de gobierno integrado por Suma pel Canvi y Convergència presentará alegaciones contrarias a la construcción de un emisario submarino que podría alterar de forma importante las condiciones ambientales del agua de mar a lo largo de toda la costa de Can Picafort.