Más familias se quejan de la falta de agua potable en sus hogares. Antes, los habitantes de Montecristi reclaman por la falta del líquido, ahora lo hacen los usuarios de Jaramijó y Puerto López.
Moradores de las calles céntricas de Jaramijó se abastecen de agua potable que venden los tanqueros.
En los portales de las casas del barrio Guayaquil Chiquito se observan tanques y desesperadas personas por conseguir el agua potable.
“Tenemos más de una semana que no recibimos agua potable a través de las tuberías”, dijo Rosa Mero Arcentales, moradora de la calle Primero de Enero.
Igual descontento hay de las familias del barrio La Isla, Honduras y otros sectores de Jaramijó.
Pero en barrios como San Rafael, Santa Cruz y otros sectores de Jaramijó sí hay agua de las tuberías.
Neptali Santana, presidente de la Junta Parroquial de La Pila de Montecristi, asegura que tienen más de 5 años sin agua potable.
“Las tuberías proporcionan aire en vez del líquido vital. Pocos compran a los tanqueros y la mayoría de familias adquieren el líquido desde los bidones”, dijo.
MALESTAR. Roberth Plúa, presidente de la Unión de Barrios de Puerto López, denunció que tienen varios meses sin recibir el agua, que no es potable, por medio de las tuberías.
Hace 15 días atrás un grupo de ciudadanos protestaron por las principales calles de Puerto López exigiendo el líquido vital.
“Compramos agua a los tanqueros a precio elevado y no es de buena calidad”, dijo un comerciante de la ciudad.
Los habitantes de Puerto López esperan que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército concluya el plan de agua, que tiene retraso.
El agua que consumen los habitantes de Puerto López lo captan del río Ayampe.
Por su parte, los jaramijenses y montecristenses se abastecen de la planta El Ceibal que está a cargo de la Empresa Pública de Aguas de Manta.
