Un grupo de académicos de medio ambiente israelíes y palestino han empezado a desarrollar esfuerzos conjuntos para evaluar la provisión de agua del área para potenciales químicos alteradores de procesos endocrinos alteradores de la salud.
A la cabeza se encuentra el profesor Alon Tal del Instituto para Investigación del Desierto Sde Boker de la Universidad de Ben Gurion. También es copresidente del Movimiento Verde y se postuló para la Knesset con Tzipi Livni.
Mientras que las personas - e incluso sus animales de granja - siguen consumiendo más medicamentos y más productos químicos, se desconoce el efecto de estas sustancias una vez que han pasado a través del cuerpo y en el sistema de agua del país, explicó Tal. Nadie en Israel o la Autoridad Palestina está buscando la presencia de estas sustancias o sus efectos "de una manera sistemática", agregó.
"Ahora estamos en la búsqueda de la pistola humeante", dijo Tal The Jerusalem Post el martes. "Mi hipótesis es que el entusiasmo de Israel para la reutilización del agua tiene consecuencias graves", destacó.
Tal ha recibido un período de tres años, $ 560.000 - subvención del Programa de Cooperación Regional de Medio Oriente (MERC) de USAID - para llevar a cabo el proyecto. Muchos de sus propios estudiantes de Sde Boker llevarán a cabo la mayor parte de las pruebas en los laboratorios de Salud Ministerio.
En el contingente palestino está el ingeniero de agua Nader al-Jatib, quien también se desempeña como director palestino de Amigos de la Tierra de Medio Oriente, el Dr. Alfred Abed Rabbo, un profesor asistente en la Unidad de Investigación de Suelo y Agua de la Universidad de Belén, el Dr. Shai Armon, y un grupo de estudiantes palestinos, explicó Tal.
Mientras aumenta la presencia de cáncer testicular entre los hombres de la población y baja el promedio de edad de menstruación en las mujeres, Tal subrayó que es fundamental llegar a la raíz del dilema. Si bien se podría decir que los niveles hormonales están cambiando debido al consumo de la hormona cargada de carne de res, los israelíes en general no consumen una enorme cantidad de carne, explicó.
