Algunos componentes químicos de los protectores solares se diluyen cuando la persona se baña en el mar y se convierten en contaminantes que afectan negativamente al ecosistema costero marino, según un estudio español publicado en la revista Plos One.
A pesar de que estas cremas están diseñadas para adherirse al cuerpo, liberan tóxicos que se acumulan sobre el fitoplancton marino, los crustáceos, las algas y los peces.