Evitar que un sencillo gesto como este se convierta en un negocio privado. Eso es lo que han pedido un millón y medio de ciudadanos de toda Europa favorables a que el agua siga siendo un bien al servicio de todos. Y es que, tal y como nos cuentan desde la Federación Europea de Sindicatos del Servicio Público, ni siquiera el líquido elemento está libre de los tentáculos de especulación.
A raíz de la petición ciudadana, Bruselas se ha visto obligada a dar marcha atrás y excluirá el agua de la directiva que pretende regular la privatización de servicios públicos.
Y al desaparecer, quienes salen perdiendo son los de siempre.
Los promotores de la iniciativa quieren que Bruselas reconozca el agua como un derecho humano, tal y como fue declarada por la ONU en 2010.
La meta, cerrar el grifo a los especuladores.
El agua es un bien común del que algunos, sin embargo, no dudan en hacer un negocio privado. Alejarlo de las manos empresariales es el objetivo de esta iniciativa ciudadana.