La OCI, que reúne a 57 países islámicos, con sede en la ciudad de Yeda, en Arabia Saudí, publicó el jueves un informe, correspondiente al pasado junio, sobre la catastrófica situación que sufren los residentes de la franja de Gaza y llamó a los integrantes del ente islámico y a los organismos pro-Derechos Humanos a respaldar los planes relacionados con el suministro de agua potable y electricidad a este enclave costero. 

El informe advierte de que “la crisis de agua se agrava cada día en Gaza, y en caso de que continúe la situación actual, la región se enfrentaría en 2020 a un catástrofe humanitaria, ya que los pobladores no tendrían acceso a ni una gota de agua potable”. 

De acuerdo con el documento, el aumento de la población es otro factor de peso que empeora la crisis de la escasez del elemento hídrico en Gaza. 

Según un informe divulgado el año pasado por medios palestinos, mientras que una persona en los territorios ocupados por el régimen israelí en 1948 consume 353 litros de agua al día, y un colono en Cisjordania utiliza 900 litros, un palestino no puede consumir más de 135 litros del preciado líquido diariamente. 

La OCI alertó, también, sobre los numerosos problemas que enfrenta la producción de electricidad en el enclave palestino y agregó que el cierre del paso fronterizo de Rafah, situado entre el territorio egipcio y la franja de Gaza, ha dificultado el suministro de combustible requerido para la producción de electricidad. 

Desde 2007, el régimen israelí mantiene un férreo bloqueo contra Gaza, lo que impide a los ciudadanos de la zona ejercer sus principales derechos, entre ellos el derecho al trabajo, la salud, la educación y la libertad de circulación.