La sola convicción de que son aguas frescas y puras, tomadas de los manantiales de las estribaciones del cerro Chirripó produce un hálito de perfección. La sola idea de que el producto de su venta es para el beneficio de un conjunto de comunidades campesinas apela a la solidaridad.
Ya no tarda la Unión Zonal de Asociaciones de Desarrollo del distrito Rivas en sacar al mercado un nuevo servicio no esencial del Parque Nacional Chirripó: “Agua Chirripó de Costa Rica”.
El proyecto es un hecho. La Unión Zonal ya cuenta con todos los permisos necesarios para el funcionamiento de la nueva industria que se abastecerá del acueducto que provee de agua a San Gerardo de Rivas, la comunidad internacionalmente conocida por la competencia anual Carrera Ecológica, Cultural, Internacional, Campo Traviesa al Chirripó.
Lesmes Marín, presidente de la Unión Zonal, afirma que San Gerardo está listo para producir mil botellas de agua por semana que ya fueron satisfactoriamente colocadas en el mercado. Los supermercados de la cooperativa CoopeAgri ya hicieron una reserva para que se les de propiedad en la comercialización del agua.
De acuerdo con los cálculos de la Unión Zonal, las ventas le permitirán tener ingresos netos de 20 millones de colones anuales, dinero que será utilizado en obra pública en las siete comunidades asociadas a la organización. Lo primero es el mejoramiento de caminos en los que, en algunos casos, la presencia de la maquinaria municipal se pierde en la historia.
Para el aprovechamiento del agua la Unión Zonal no tuvo que solicitar concesiones especiales, porque les basta con pegarse al acueducto de la comunidad de San Gerardo, el cual se abastece de una naciente que existe debajo de una enorme piedra, en el Chirripó.
Lo que sí requiere papeleos y mayores inversiones es la construcción de un tanque de almacenamiento, la máquina embotelladora y una planta de tratamiento adicional para garantizar aún más la inocuidad del agua. Para el financiamiento ya cuenta con el sí del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) y la Dirección Nacional de Desarrollo de la Comunidad (Dinadeco) para la compra del lote y la construcción de la planta y el tanque, informó Marín.
El proyecto está en camino. Ya fueron diseñadas las botellas, que serán de un plástico desechable producido por una empresa herediana y ya fueron inscritas la marca “Agua Chirripó Costa Rica” y las etiquetas, que pronto serán dadas a conocer al público.
Aguas eternas (“Chirripó”, en el lenguaje aborigen) por cuya sabrosura y procedencia, alguien pudiera pensar que son la quimérica fuente de la eterna juventud. Y si no, para llevar y prolongar el placer, gota a gota, de un producto natural del Chirripó. “Es agua –dice Lesmes Marín- que se vende sola”.
