Tras una semana del impacto de Haiyan, las autoridades dicen que las personas viven de la tierra.
"Una de las impresiones es que hay ausencia total de comida y agua", dijo Janette Garin, de la Secretaría de Salud, según reportó la Agencia de Noticias Filipina. "Algunas víctimas sobreviven con agua de coco".
El número de heridos se ubica en 12 mil 165, de acuerdo con la agencia estatal de noticias PNA, luego que el tifón barrió con varias islas del archipiélago con vientos de más de 300 kilómetros por hora. Al menos mil 140 personas están desaparecidas.
Una semana después del paso del tifón, las enfermedades y el hambre se han asentado junto al pegajoso calor húmedo y el hedor a carne putrefacta en el apocalipsis que el ciclón dejó tras de sí.
Los traumatizados sobrevivientes en empobrecidos refugios aún siguen viendo los cuerpos de sus esposos, esposas e hijos que murieron y que han comenzado a descomponerse con el sol.
Los cuerpos de los fallecidos, que alguna vez llenaban las calles, ahora no se ven tanto debido a que ha avanzado el trabajo de los equipos que los colocan en camionetas para depositarlos en fosas comunes.