Ciudad de México.- La captación de agua de lluvia en bosques y selvas podría abatir incendios, debido a que en México, cada año se presentan 10 mil 521 quemas forestales y esa situación ya se ha convertido en una preocupación para instituciones gubernamentales y de la sociedad nacional por la destrucción de entornos ecológicos, aumento del bióxido de carbono en la atmósfera, debilitamiento y pérdida de bosques, selvas, suelos, pastizales y grandes áreas de matorrales.
Así lo manifestó el doctor Manuel Anaya Garduño, director del Centro Internacional de Demostración y Capacitación en Aprovechamiento de Agua de Lluvia (CIDECALLI) del Colegio de Postgraduados, al subrayar que también preocupa la pérdida de vidas humanas y la huída de la fauna silvestre de extensiones afectadas por los siniestros que, en el más alto porcentaje (97%) se deben al factor humano que puede ser intencional o por descuido.
Los especialistas indicaron que igual que otros países, México se ha visto impactado por este fenómeno, el cual en determinado grado es efecto del cambio mundial del clima, con extensión del periodo de escasez de lluvias. Cada año, en promedio, se presentan 10 mil 521 incendios forestales afectando en promedio 292 mil 700 hectáreas (SEMARNAT, 2012).
Así por ejemplo, detallaron, durante el periodo 2004 - 2011, los estados de Coahuila, Oaxaca, Chiapas, Chihuahua, Durango, Baja California, Jalisco, Quintana Roo, Guerrero, Michoacán, Sonora, Zacatecas y México han sido los de mayor superficie afectada.
El Colegio de Postgraduados institución académica con experiencia de más de 40 años de capacitar a especialistas en diversas disciplinas de las ciencias agrícolas, forestales y económicas, con grados de maestría y doctorado, considera que el combate y control de incendios en nuestro país es posible atacarlo con tecnologías dominadas y sin permitir que se quemen grandes extensiones por no disponer de agua en lugares cercanos a donde inciden los siniestros.
Anaya Garduño detalló la importancia de construir una red de depósitos en sitios estratégicos para la captación del agua de lluvia dentro de las zonas forestales, con el propósito de que las aeronaves y tanques terrestres lleguen a apagar los incendios con la oportunidad que estos fenómenos precisan.
Dijo que la principal limitante para el uso de las aeronaves, consiste en la disponibilidad de sitios para abastecerse de agua en áreas cercanas a los incendios, requiriéndose en ocasiones varias horas para que un helicóptero se abastezca de agua y regrese al área del incendio.