CHETUMAL, Q. Roo.- La carencia de una cultura ecológica casi generalizada entre la población y la desigual carrera entre el crecimiento demográfico y la inversión pública que genera rezagos difíciles de abatir, son entre otros aspectos no menos importantes los que han mantenido a la Bahía de Chetumal en constante acumulación de contaminantes.
Aunque los índices oficiales sobre la contaminación de la bahía capitalina no muestran alarma, existen cifras y escenarios que muestran la realidad.
De acuerdo con la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), Chetumal es cubierta en un 50 por ciento de su territorio con el servicio de drenaje sanitario. Sin embargo, en el primer cuadro de la cabecera municipal, es decir, la porción que colinda con el principal cuerpo de agua, solo existe una cobertura de 10 por ciento.
Considerando una población en esa zona de alrededor de 78 mil habitantes, conforme a la proyección del Consejo Estatal de Población (Coespo), y que cada individuo utiliza 200 litros de agua diariamente para diferentes tareas de aseo e higiene, esto significa el vertimiento de 15 mil 600 litros de aguas contaminantes al manto freático que finalmente desembocan a la Bahía.
Para el coordinador de operaciones de CAPA, Gerardo Pérez Zafra, la apreciación generalizada de los usuarios de agua potable es que el ciclo del vital líquido concluye luego de que satisface sus necesidades básicas, pero desconocen que esto sólo representa la mitad, pues es necesario captar las aguas residuales, canalizarlas a las plantas de tratamiento, tratarlas y posteriormente regresarlas libres de contaminantes al medio ambiente.
Es menester mencionar que apenas el año pasado, la Armada de México realizó un estudio ambiental a lo largo de la Bahía de Chetumal y el Río Hondo en el que se encontraron partículas de coliformes fecales.
Análisis como este también son desarrollados por el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y la Secretaría Estatal de Salud en los que los resultados han sido similares, aunque aun no ponen en riesgo la salud y el ecosistema.
