El agua en Guanajuato se acaba. Como medida urgente, el Instituto Estatal de Ecología (IEE) en conjunto con la Universidad de Guanajuato, aconsejaron al Gobierno estatal eliminar la producción agrícola de pequeña irrigación en León y su zona metropolitana para garantizar la sustentabilidad de sus cuencas y abasto al corredor automotriz, que incluye el Puerto Interior.

El cambio climático también obliga a la política de reducir la superficie sembrada en el Distrito de Riego 011 alimentada por las aguas de la presa Solís, que a su vez trasvasa sus sobrantes al lago de Chapala. La caída en los niveles mínimos de este embalse se estima iniciará en el 2014.

Como opción para ambas zonas del estado, se propuso tecnificar por completo las hectáreas que faltan por hacerlo.

Basados en el Diagnóstico Climatológico y Prospectiva sobre Vulnerabilidad al Cambio Climático en el Estado de Guanajuato, tanto el IEE como el Centro de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Guanajuato (CCAUG), advirtieron que de no eliminar la producción agrícola de pequeña irrigación en la que se supone existe el mayor desperdicio de agua, se pone en riesgo el corredor automotriz de Guanajuato, Silao y León.

La agricultura emplea el 85% del agua disponible, el resto se va para la industria y el consumo humano.

De no iniciar el 1 de noviembre de este año la reconversión del agua de irrigación a uso urbano, se agotarán los acuíferos generando drásticas consecuencias humanas, económicas y políticas para la entidad, afirma el diagnóstico.

En el caso del corredor automotriz de León-Silao y Guanajuato, las hectáreas “sacrificables” serían 15 mil 841.

Debido a que la propuesta en el caso del Distrito de Riego 011 pretende reducir el 43% de la superficie, ahí las hectáreas “sacrificables” llegarían a las 48 mil 332.

Baja acuífero 2.5 metros al año

Según la Comisión Estatal del Agua de Guanajuato (CEAG), el rango de abatimiento del acuífero del río Turbio es de uno a 2.5 metros por año y el de Valle de León de 0.5 a 1.6 metros por año. Niveles similares se observan en el resto del estado.

Para frenar el abatimiento de los acuíferos, el Instituto de Ecología y la Universidad de Guanajuato proponen tecnificar el riego agrícola, que significa utilizar métodos modernos que ahorran agua.

De acuerdo a datos de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAR), Guanajuato tiene 192 mil hectáreas de cultivo tecnificadas.

La dependencia estima que con el ahorro anual de agua de estas hectáreas podría llenarse dos veces la presa Allende, que es la segunda más grande del estado.

Tajante, el presidente del Consejo de Administración del Distrito de Riego 011, Ricardo Rosas Raya, consideró inviable la propuesta de reducir o tecnificar la zona que representa, ya que los agricultores del sur del estado no se sacrificarán en beneficio de la industria, del turismo o los parques recreativos.

Tampoco -dijo- cuentan con dinero para la tecnificación.

En contraste, datos de la SDAyR destacan que cada año la dependencia entrega apoyos para que se tecnifiquen 5 mil hectáreas en el estado, igual a 10 millones de metros cúbicos de agua, equivalentes al abastecimiento anual de una ciudad como Acámbaro o Purísima del Rincón.

Peligran 30 mil empleos

Para simular los escenarios del desabasto de agua de aquí a los próximos 17 años, el Centro de Ciencias Atmosféricas, con el apoyo de un investigador de la Universidad de Florida, Juan Manuel Huerta Tolis, utilizaron una herramienta denominada MAUA (Modelo de Abasto y Uso del Agua).

Con ésta, se crearon escenarios a futuro para la formulación del plan estatal hidráulico o hídrico, con proyección de 10 a 15 años.

De aplicarse a partir del 1° de noviembre las políticas propuestas por el IEE y la UG, el abasto de agua y los volúmenes de los acuíferos se recuperarían hacia el año 2030.

Aunque la desventaja de la política de ahorro conllevaría una pérdida de 30 mil empleos anuales tan sólo en la cuenca Turbio-Palote y Guanajuato.

Para remediarlo, el Gobierno estatal y los municipios tendrán que implementar políticas de capacitación del personal desempleado para ser absorbido por otras actividades productivas.

“También habría que implementar políticas de indemnización para los productores agrícolas, cuyas tierras cambiarían de uso, o bien, se pueden implementar acciones alternativas de uso de tecnología de riego, cultivos alternativos de bajo consumo de agua o el uso de agua residual tratada para exclusivamente el riego de cultivos”, cita el documento.

Sacrifican campo por industria

En caso de eliminarse parcialmente la producción agrícola, el diagnóstico del IEE prevé la pérdida de 381 mil 693 jornales en la cuenca Turbio-Palote, equivalentes a 12 mil 313 empleos anualmente.

En el caso de la cuenca Guanajuato se perderían 534 mil 908 jornales, que equivalen 17 mil 255 empleos.

“No se puede seguir con dos actividades al mismo tiempo (industria y agricultura) porque podemos afectar severamente a los acuíferos y tampoco con el crecimiento demográfico en zonas urbanas, tenemos que al menos, eliminar o reducir o hacer más eficiente el uso más intensivo que es el riego agrícola”, insistió el especialista del IEE, Fernando Rosales.

Sobre el sacrificio del sector agrícola por el industrial, el presidente de la Fundación Cuenca Lerma-Chapala, Manuel Villagómez, sentenció: “Esto es resultado de la no planeación de manera adecuada y con visión de futuro, estamos planeando sobre las rodillas: nos llegó un proyectote, tráetelo ¿Y el agua? luego lo vemos. Ese es un vicio en que hemos caído todos”.